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La transición del colegio a la universidad es un cambio que afecta radicalmente la vida de los jóvenes. Muchos sufren grandes crisis de fe en estos momentos, llevándolos a rechazar o relegar a un segundo plano sus creencias.

 

En esta etapa, los estudiantes tienen acceso a más libertad que antes. Muchos pueden llegar a sentirse perdidos si fallan en poner para sí mismos los límites y exigencias que antes otros ponían para ellos. Entre las dificultades que supone el cambiar de entorno, se encuentra que los jóvenes frecuentemente sufren grandes crisis de fe en estos momentos, llevándolos a rechazar o relegar a un segundo plano sus creencias, si no logran encontrar en sí mismos la fortaleza para mantenerse firmes.

 

Dios está presente en todo lo que realizas y debes aprender a reconocer y apreciar su compañía.

Generalmente, la pérdida de fe en la universidad se da por una de dos razones. Primero, si el joven no había alcanzado previamente una unión personal con su fe, puede encontrase sin motivaciones suficientes para resistir las nuevas influencias de su entorno. Segundo, si el estudiante llega a la universidad con creencias firmes, también puede encontrar que algunos profesores y compañeros tratan la fe como si fueran creencias infantiles, lo que puede serle presentado de manera muy persuasiva y llevarlo a abandonar su firmeza.

 

A pesar de todos los obstáculos que se presentan, ¿es posible mantener la fe viva a lo largo de la universidad? Sí, pero es necesario estar preparado. Tener en mente estas 10 ideas te puede ayudar mucho.

 

1.  Apreciar la diversidad sin perder tu identidad

En la universidad encontrarás un nuevo ambiente lleno de una diversidad que probablemente no había en tu colegio. Hallarás diferentes razas, creencias, orientaciones sexuales y prácticas, por lo que debes ver esto como una oportunidad para aprender a respetar y valorar a todos como hijos de Dios, sin ser completamente permeable. No debes alejarte de ocasiones de conocer todo lo que estas diferencias pueden aportar a tu vida, pero recuerda que debes proteger tu individualidad, ya que esta también debería ser un aporte para los demás.

 

2.  Mantener la oración a pesar de las nuevas distracciones

Tendrás acceso a nuevas distracciones y entretenimientos, tantos que deberás aprender a manejarlos adecuadamente. Recuerda que debes hacer un espacio en tu jornada para mantener viva tu relación con Dios. No es suficiente participar en la Misa, es necesario que cultives tu unión con el Padre mediante la oración.

 

3.  Organiza el tiempo que le dedicarás a tu vida espiritual

Así como es necesario tener una planificación fija en los estudios para no olvidarlos, es importante que establezcas un horario inamovible para tu vida espiritual. No dejes los momentos de oración y reflexión a la suerte, preocúpate por señalar un espacio fijo para ellos, esto te hará tener a Dios más presente en tu día. La organización es vital para todas las cosas importantes que eliges realizar, ¡no la dejes de lado para tu fe!

 

4.  Encuentra a Jesús en tu realidad

Jesús está presente incluso en las situaciones y personas más inesperadas. Mantén tu corazón abierto y dócil para reconocer a Jesús en todo lo que te rodea. Mantén tu fe siempre presente en tu vida.

 

5.  Da testimonio público de tu fe

No te avergüences de tu fe, esta debe ser compartida con todos los que están presentes en tu vida. No escondas tu creencias y prácticas para ahorrarte problemas, ten fortaleza y haz de tu vida tu mejor recurso de evangelización. Sé coherente con lo que crees y tenlo siempre presente.

 

6.  No dejes que la ciencia ataque tus creencias

Al igual que con las diversas realidades de las personas con las que tendrás contacto, tienes que estar abierto a las nuevas maneras de entender el universo que conocerás, pero debes estar preparado. Si es mal utilizado y tus cimientos carecen de fuerza, es posible que los nuevos conocimientos ataquen tu fe, a pesar de no ser incompatibles con ella. No lo permitas. Ábrete a la ciencia y a sus enseñanzas, pero protege tu fe.

 

7.  Descubre a Dios fuera de la Iglesia

Con frecuencia acostumbramos a pensar en el Señor solo durante la Misa o solo en la Iglesia. Corrige esta mala costumbre. No te convenzas de que todo el tiempo que pasarás en la universidad será tiempo que no podrás compartir con Dios. Él está presente en todo lo que realizas y debes aprender a reconocer y apreciar su compañía. En tus clases, conversaciones y relaciones, Dios está presente.

 

8.  No abandones la Eucaristía por ningún motivo

Tal vez antes se te facilitaba asistir a la Misa por tu colegio o por tu familia. Tal vez ahora ya no sea tan fácil y tengas que tú mismo poner la Misa por delante de otras cosas, pero ¡no te permitas abandonarla! La Eucaristía debe ser uno de los pilares inamovibles de tu vida, es una necesidad, no una opción. Al menos los domingos, no dejes de asistir por ningún motivo al sacrificio de Jesús.

 

9.  Busca una Iglesia

Los humanos somos seres sociales, se te hará más fácil mantener tu fe viva si la compartes con otros. Preocúpate por buscar una Iglesia y comunidades religiosas que te ofrezcan su apoyo, no dejes tu vida espiritual pasar a un segundo plano. Si no encuentras un grupo católico a tu alrededor, no dudes en formar uno si está dentro de tus posibilidades y capacidades. Ayuda a otros a mantener su fe, eso te ayudará a ti mismo a tenerla presente.

 

10. No te alejes de las periferias existenciales de la vida

Está bien que quiera proteger tu fe en la universidad, pero no dejes que esto te aleje de quienes te rodean. Frecuentemente encontrarás personas que se hallan perdidas o confundidas. En estos casos, debes procuras cumplir tu misión y ser luz para aquellos que se encuentran en la oscuridad. No dejes que tu ayuda sea callada por la vergüenza, sal de tu zona de confort de vez en cuando por el bien de los demás.

 

 

Fuente Catholic-link

 

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