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Xiomara, de 13 años de edad, empezó a rayarse y a cortarse la piel con la punta de una navaja, con el cuchillo y con un estilete. Su problema cada vez se volvía más grave, tanto que su cuerpo llegó a tener alrededor de 30 cortes en diferentes partes.

María, su madre comenta que este comportamiento se hizo más evidente luego de que le puso reglas en casa,  “ocultaba sus lesiones en los brazos, antebrazos, abdomen, muslos y piernas, con pulseras o blusas  de manga larga para evitar ser descubierta”, refiere; no obstante Xiomara no sentía dolor alguno al cortarse, pues esto aliviaba momentáneamente su ansiedad, sus  sentimientos de arrepentimiento, remordimiento, tristeza y depresión.

La Dra. Jackeline Lamboglia, jefe del área vida del Instituto de Neurociencias de Guayaquil, destaca que esta actitud de autolesión es conocida como síndrome de cutting, un fenómeno compulsivo en el que incurren jóvenes. Esto se desarrolla en chicos entre los 11 y 25 años que son emocionalmente inestables. Ellos lo hacen con el fin de canalizar dolor, enojo, presión, ansiedad o como una forma de llamar la atención, que cada vez se vuelve más frecuente.

De cada 10 adolescentes que ingresan al Instituto de Neurociencias en el área de vida, 5 presentan conducta de cutting, en su mayoría mujeres. “Son señales que hay que tomar en cuenta, porque de tanto cortarse, el joven puede herir una arteria importante y morir desangrado”, señala  Lamboglia.

Entre las principales causas del cutting constan el abuso físico, psicológico, el acoso escolar, el divorcio, muerte de un ser querido y la falta de atención de los padres. Ante esto la especialista recomienda restablecer el diálogo con los hijos, así como prestar atención a los detalles que indiquen cambios en la conducta, en la forma de vestir, signos de depresión, ansiedad, estrés, soledad o aislamiento; para ayudarlos a manejar la presión emocional que sienten.

Durante el 2015 el área vida recibió a 55 pacientes  de los cuales 35 presentaban autolesiones. Su objetivo es eliminar los pensamientos suicidas en pacientes de la salud mental.

 

Fuente: Junta de Beneficencia Guayaquil

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