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Estar en Internet sin ningún tipo de seguro es como ir en el auto sin abrocharse el cinturón. Ningún tipo de seguridad está de más ante todos los peligros que puedes encontrar en la autopista de la información.

 

¿Tienes más de 500 amigos en Facebook? Eso no significa que eres la persona más popular de tu entorno, sino que quizá no estás tomando las debidas precauciones al momento de compartir tu vida con tus “amigos”, pues siendo honestos, los 500 amigos que registras en la red social realmente no lo son en “la vida real”.

 

Es bueno tomar consciencia de lo que se publica en las redes,  pues poniéndolo en contraste con la realidad, el compartir todos los detalles de tu día en Facebook o Twitter equivaldría a que invitaras a una persona que habrás visto una vez en tu vida (o quizá nunca) a tu casa y lo lleves a que conozca tu dormitorio, tu sala, tus fiestas, tus amigos, y de paso lo sientes a ver todos los álbumes de fotos familiares. Y no solo eso, sino que diariamente le cuentes si estás en una relación amorosa o si terminaste, o si estás triste, contento, enojado… ¿lo harías en la vida real?

 

Te presentamos algunos consejos para que protejas con astucia los contenidos que publicas en la red:

 

Cuando recibas mensajes

  1. Rechaza los mensajes de tipo sexual o que te inciten a tomarte fotos con poca ropa. Exige respeto a tus amigos, no sabes el uso que le dará tu amigo luego de ver la foto.
  2. Si percibes que una persona que no conoces te escribe mensajes invitándote a salir o a que tengan una conversación por videoconferencia, y es muy insistente en ello, guarda el chat y coméntaselo a tus padres.
  3. De darse este último caso, no cedas ante la invitación que te hagan, pide la ayuda de tus padres o profesores.
  4. Bloquea y reporta al remitente, no es necesario que recibas mensajes que te hacen sentir incómodo.
  5. Respeta a los demás y respétate a ti mismo, a pesar de que sea una red virtual su contenido se basa en hechos reales.
  6. Hay que saber poner fin a conversaciones que te incomoden. Si alguien en la web – incluso un amigo – te hace sentir temor, confusión, ofendido o amenazado, asegúrate de mostrárselo a un adulto, y finalizar la conversación a tiempo.

 

Cuando publiques o veas fotos tuyas

  1. Revisa quién las publica y el motivo por el que lo hace. Si descubres una foto tuya en el perfil de algún “amigo” con el que no frecuentas, ponte en contacto con el administrador de la red social. Recuerda que tu foto es un elemento de información personal y solo tú eres el responsable de decidir cuándo y cómo se utiliza.
  2. No es buena idea que publiques fotos atrevidas o en traje de baño, porque no sabes adónde puede ir a parar. La foto podría quedarse en línea para siempre o ser utilizada con fines pornográficos.
  3. No cuelgues una foto que realmente no estás dispuesto que llegue a verla todo el mundo.
  4. No creas todo lo que se ve. Crearse perfiles falsos es muy fácil en Internet. Siempre verifica que la persona que te pide una solicitud de amistad sea verdaderamente tu amigo.
  5. No incluyas datos personales en tus fotos como nombre, dirección, correo o teléfono de esa persona.
  6. Poner perfiles privados en Internet no es infalible. Siempre puedes obtener una foto que está publicada en la web.

 

Sé un buen administrador de tu red social

  1. No aceptes a personas que no hayas visto físicamente y a las que no conozcas bien. Si tienes 200, 300 o 500 amigos estás aceptando a personas que realmente no son amigos ni familiares tuyos.
  2. Utiliza contraseñas realmente privadas y complejas. No incluyas en tus nicks e identificativos datos como tu edad, sitio donde vives, etc.
  3. Respeta tus propios derechos y los de tus amigos/as. Tienes derecho a la privacidad de tus datos personales y de tu imagen: no los publiques ni hagas públicos los de otros.
  4. Ponerse en contacto con desconocidos puede ser peligroso, no sabes con quién estás hablando.
  5. Con cierta regularidad puedes buscar tu nombre en los motores de búsqueda para ver la información que aparece sobre ellos en blogs, comunidades en las que estén activos, etc.

 

Los padres también pueden ayudar…

  1. Potencia en tus hijos las actividades de ocio saludable (deporte, lectura, manualidades o actividades al aire libre).
  2. Créate un perfil en la red social y cuida las actividades que tengan tus hijos en dicha red. Infórmate sobre su uso y nuevas tendencias.
  3. Dales la confianza necesaria para que acudan a ti al momento de que tengan dudas en cuanto a su red. Dialoga con ellos de forma sincera y abierta.
  4. Controla los tiempos de uso de la red. Si ves que tu hijo enciende la computadora apenas se levanta, debes intentar de que lo haga después del desayuno o de la ducha.
  5. Utiliza señales y alarmas que te indiquen que tu hijo ha pasado suficiente tiempo navegando en la red, y que ya es hora de desconectarse.
  6. Puedes ayudarle a hacer un horario de actividades, donde se contemple el tiempo de navegar, pero también actividades de recreación y estudio.
  7. Enséñale a tu hijo la capacidad formativa de la red, incluyendo Internet como una herramienta de ayuda al estudio y a la formación.
  8. Instala filtros de contenido que le impidan el acceso a páginas con contenido inadecuado.
  9. No le des una computadora a cada uno de tus hijos. Utiliza una computadora de escritorio en un lugar común de la casa, a la vista de todos.

 

No solo es Internet

Con el celular:

  1. Retrasa al máximo la edad de posesión de un celular.
  2. Haz que él asuma la responsabilidad en el costo de las llamadas y mensajes, fomenta que hagan cosas para conseguir dinero para el saldo (ordenar la habitación, sacar la basura…)
  3. Dale un modelo de teléfono acorde con las necesidades de su edad.
  4. Hazle tomar consciencia del tiempo que pasan enviando mensajes y hablando. Delimita sus espacios de uso (en el comedor no entra el celular, en los paseos y reuniones familiares).

Con los videojuegos

  1. Pon la consola en un espacio común, de forma que se facilite la interacción entre padres e hijos.
  2. Juega con ellos, comparte emociones, transmite tu punto de vista.
  3. Limita el tiempo dedicado a jugar. Pacta con ellos inicialmente la duración del juego y hazle consciencia (si juega mucho) del tiempo que le toma del día.
  4. Infórmate del nivel de violencia, la edad mínima y las habilidades antes de comprar el juego.

Con la televisión:

  1. Pon la televisión en un espacio común de la casa, evita que los menores tengan un aparato en su cuarto.
  2. Dedica tiempo para ver televisión con ellos y juntos hablen del contenido del programa que ven, así los ayudas a reflexionar y ser críticos con aquello que consumen.
  3. Limita su tiempo de uso. Evita tenerla encendida de forma permanente.
  4. Enseña a tu hijo a ver televisión por un programa en concreto, no “ver por ver”.
  5. No utilices la televisión mientras comen. Aprovecha este momento para el diálogo familiar.

 

Fuentes:

Tecnoadicciones.com
Seguridadweb20.com
Internetsinacoso.com
Protegeles.com

 

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