Compartir:

Se vienen las fiestas de graduación de nuestros jóvenes, lamentablemente las confunden con la oportunidad para consumir grandes cantidades de alcohol y en algunos casos también se suman drogas.

Enfoquémonos un poco en el tema del alcohol. Si bien es cierto que no es ilegal su consumo en mayores de edad, no es menos cierto que la mayor parte de los accidentes vehiculares y la violencia intrafamiliar es producto del consumo excesivo de este. Podemos referirnos también al daño que produce en los jóvenes y adolecentes. Al ser una bebida de moderación cabe preguntarse, ¿quién le puede decir a un joven hasta dónde es la moderación al ver alcohol?, si nosotros, como adultos, en muchos casos no lo podemos controlar. Más aun, este aturde y nos hace perder la noción de la realidad en muchos de los casos.

Consecuencias de los encuentros con el alcohol

Su consumo a temprana edad aumenta 5 veces más la probabilidad de desarrollar adicción. Los jóvenes que consumen alcohol con regularidad son 4 veces más proclives a desarrollar cuadros depresivos o irritativos. Este, lentifica los procesos mentales y de aprendizaje, retardando la función motora y de reflejo, por lo que conducir vehículos motorizados es contraindicado. Muchos de nosotros hemos sabido de algún amigo o conocido que ha sufrido un accidente por el consumo de alcohol. Siempre pensamos que esto nunca nos va a suceder a nosotros y cuando pasa ya es demasiado tarde, por las consecuencias irreversibles que trae consigo.

Es importante destacar que uno de los efectos de las bebidas alcohólicas es desinhibir al ser humano por lo que cualquier cosa puede pasar. Además deja las puertas abiertas al consumo de otro tipo de sustancias como las drogas. Inclusive en muchas ocasiones se da el uso simultáneo de mezclas de drogas y alcohol, donde los daños a los procesos cognitivos son más altos y dejan grandes secuelas de destrucción mental y física.

El que sea legal no es una licencia para su consumo

En casi todos los países en donde el consumo de alcohol ha sido legalizado la ley establece una edad específica para poder comprar y/o ingerir bebidas alcohólicas. Esto se debe a que el consumo por parte de menores de edad tiene repercusiones en su salud y desarrollo. De acuerdo a estudios del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente se revela que el consumo de alcohol a temprana edad, los episodios recurrentes de consumo en la adolescencia y beber hasta embriagarse, pueden afectar negativamente el desarrollo mental, hábitos de estudio y el desarrollo de las habilidades necesarias para una correcta transición a la edad adulta.

En este mismo estudio se especifica que los jóvenes se encuentran en constante riesgo debido a ciertos patrones de consumo por varios factores. Fisiológicamente, todavía están experimentando cambios. El cerebro del adolescente se encuentra en un alto nivel de desarrollo. Este último establece las bases para las habilidades de la persona en su vida adulta, tales como la planeación, la integración de información, la resolución de problemas, el discernimiento y el razonamiento. Estos importantes cambios que están sucediendo son la razón de que el cerebro del adolescente sea más vulnerable a los efectos nocivos del alcohol en comparación con un cerebro adulto.

¿Por qué se consume alcohol?

Es importante que hables con tus hijos y sepas cuáles son los criterios que ellos establecen para justificar su consumo de alcohol. Aprovecha esta época que es donde más están expuestos, así como durante las temporada o vacaciones que se intensifican las fiestas. De esta manera tú podrás realizar y direccionar mejor tus consejos.

Es importante tener espacios con nuestros hijos para no perder el protagonismo ni los valores de la familia. Crea espacios lúdicos, espacios de familia con los que ellos se sientan identificados…Establece un sentido de pertenencia, donde compartan contacto físico a través de juegos. El que exista el roce de la piel, el intercambio de conversación, es lo que produce resultados en la conexión afecto filial. Así ellos siempre sabrán que sus padres solo quieren lo mejor y están ahí para ellos.

Por: Antonio Rimassa Chiriboga

TAPAD CRIAD

antoniorimassa@yahoo.es

Compartir: