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La familia es una de las instituciones más importantes del ser humano, genera protección y sentido de pertenencia. Es parte fundamental para asegurar la vida.

El hogar es, sin duda alguna, el lugar en el que mejor y más cómodos nos sentimos: descansar en el sofá, ver las plantas del jardín, observar las fotos en esa esquina especial. Todos queremos un hogar hermoso y limpio. Sin embargo, es común escuchar que no todos los miembros de la familia están dispuestos a ayudar a conseguirlo, en especial los más pequeños, quienes a veces dejan sus juguetes y pertenencias en el sofá, alfombras, mesas de centro, etc.

Actividades y labores para todos

¿Cómo logramos vincularlos para que se sientan comprometidos con el mejoramiento y limpieza de la casa? El primer paso es hacerles notar la importancia de su rol como miembros de la familia. Si valoramos los aportes que estos pequeños miembros pueden hacer, ellos sentirán la misma responsabilidad que los adultos.

Lo más sencillo es iniciar por asignarles tareas pequeñas que ayuden en las rutinas diarias. Por ejemplo, contar las personas que se sentarán en la mesa para poner los individuales y cubiertos, apagar las luces cuando salen de alguna habitación, regar las plantas, recoger el vaso del invitado y ponerlo en el lavadero, etc. El sentimiento de logro que generan estas responsabilidades no solo los benefician, sino también los motiva a seguir colaborando.

Luego se puede proponer actividades para que la casa se vea mejor, como decorar algún marco para una foto familiar, hacer un collage de fotos, limpiar con cuidado los adornos mientras los padres limpian el piso. Otras opciones son: hacer un organizador para el escritorio utilizando envases reciclados pintados, ayudar a elegir un anaquel para que las revistas, libros y periódicos se mantengan en un solo lugar o pensar formas para almacenar y guardar los juguetes.

La colaboración también puede ser fuera de casa

Cuando el objetivo del cuidado del hogar esté alcanzado se puede expandir a otras áreas, creando conciencia sobre el mundo. Como por ejemplo cuidar la limpieza de la comunidad yendo a recoger basura en el parque cada cierto tiempo, ayudar a hacer letreros de “cuide las plantas”, “cuidemos el planeta”, o “la basura en el tacho”. También puede ser el encargado de recordar llevar bolsas de tela cuando se hagan las compras del supermercado y ayudar a explicar a los miembros de la familia cómo funciona el sistema de reciclaje para implementarlo en casa, etc.

En toda sociedad el trabajo en conjunto implica compromiso y este promueve la unión. Enseñar este concepto con la práctica diaria en casa según el tiempo y necesidades de cada uno, hará de los niños seres responsables, comprometidos y considerados con la sociedad.

Por: Claudia Rivera Cevallos

Lcda. en Educación Inicial Bilingüe

 

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