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Te echamos una mano para ayudarte a saber qué está pasando y cómo guiar a tu hijos.

 

¡Se acabó el año! Ahora sí, empecemos el 2017 renovados. Pero bajo esta misma línea de iniciar como nuevos, pongamos los ojos en los chicos de la casa. Ellos a los que no se les acabó el año lectivo y que les viene el periodo de estrés porque llegan los exámenes del segundo quimestre que los cargarán corriendo y angustiados según su promedio de notas.

¿Cómo ayudarlos para que no acaben fundidos y el colegio no les represente este lugar de estrés y sometimiento? Antes que todo es importante tener claro que a pesar de las quejas que escuchemos de nuestros hijos, principalmente de los adolescentes, ese es el colegio que escogimos. No podemos contradecirlo tan abiertamente delante de nuestro hijo porque entonces estaremos haciendo que la labor del “cole” sea más complicada y reafirmando la actitud de nuestro hijo rebelde.

Con esto en mente algunas de las cosas que podemos hacer para apoyarlos son:

Revisar sus motivaciones para fin de año lectivo.

¿Trabaja solo por las notas, por pasar? Si ese es el caso es importante que revisemos con nuestro hijo qué conductas lo llevaron hasta ahí, así podemos guiarlo en las cosas a cambiar: horario, planificación, trabajo dentro de salón de clases. Así lo ayudaremos a modificarlas desde ya y no desde el próximo año en el que: “sí me voy a esforzar”.

¿Tiene buenas notas y disfruta lo que hace? Conversen sobre los beneficios de tiene trabajar por el gusto de hacerlo y no solo por el reconocimiento de las notas, esto le ayudará a tener una visión de placer en el trabajo y reforzará su comportamiento.

 

Conversar sobre el ambiente de las relaciones dentro del salón de clases.

¿Cómo está terminando el año con sus panas?, ¿sus mejores amigos siguen siendo X, Y, Z?, ¿qué amigos nuevos tiene últimamente? Esas preguntas pueden ayudarte a saber qué le está pasando y guiarlo para mejorar sus relaciones.

 

¿Y si el año se acaba y tu hijo no tiene amigos?

En este punto es importante saber cómo se siente el niño o joven con esta situación. Puede suceder que por su personalidad prefiera tener pocos amigos cercanos y eso está bien. Si tu hijo lo dice con tristeza o coraje y de paso comenta que le gustaría cambiarse de colegio, es importante oírlo porque ellos, y solo ellos, saben cuán soportable es el salón de clases y cuán cómodo se está ahí.

Es importante entender que los niños propensos a ser víctimas de bullying inician con un perfil de pocos amigos o de ser marcadamente diferente al resto. También pueden solicitar muy discretamente cambio de colegio y suelen no ser escuchados por sus padres. ¿Está usted oyendo a su pequeño?

El fin del año lectivo está cerca y los chicos están cansados. Vayamos, escuchémoslos, digámosles que estamos aquí y mostrémosle con nuestros actos, ¡abramos un buen camino hacia el 2017!

Por Ma. del Carmen Rodrigo

Psicóloga Clínica

mariadelcarmenrodrigoh@gmail.com

 

 

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