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El domingo 31 de agosto del 2014 será recordado como el día en que decenas de imágenes “hackeadas” a un centenar de famosas en las que aparecen desnudas fueron difundidas abiertamente en Internet. Las imágenes de estas celebridades desnudas, que fueron robadas por un hacker de la plataforma iCloud y colgadas en Internet, han sido vistas ya por millones. ¿Por qué no verlas, dirán muchos, si “están allí”? En un mundo en el que las imágenes de mujeres desnudas abundan en Internet, que sea de estas 100 famosas sin duda le da un “valor agregado”.

Pero con nuestro post no buscamos opinar sobre un repudiable acto vandálico realizado por una o varias personas sin escrúpulos que tan solo quieren enriquecerse con el robo y difusión de estas imágenes, sin importarles dañar la fama de las personas involucradas o el sufrimiento que causan a sus seres queridos. Nuestro objetivo es crear conciencia entre los jóvenes que han optado por vivir la castidad; sobre el peligro y daño que produce el tomarse imágenes semi-desnudas o desnudas para enviarlas a otra persona.

Este consejo es especialmente importante porque hace ya unos años se ha puesto “de moda” entre los jóvenes tomarse y mandarse ese tipo de fotos, ya sea por presión, o por querer llamar la atención, o como un “regalo” para el enamorado, o como una manera de seducción. Esta moda tiene nombre propio: el sexting.

Historias como estas se repiten cada vez más: «una chica de 15 años estaba de enamorada con un chico de 17 o 18. Él le pedía tomarse fotos desnuda y ella súper ilusionada se las mandaba. Esas fotos se difundieron por todo su colegio y llegaron misteriosamente al correo del Director, nadie sabe cómo. Ambos fueron expulsados inmediatamente del colegio. Las fotos llegaron también al celular de su papá». Este hecho sucedió a finales del 2013, en un colegio de Lima.

No es el único caso, ¡y las peticiones de chicos a las jóvenes ya empiezan a los 12 o 13 años! Como nos ha contado otra joven, ahora de 16 años: «me siento orgullosa de nunca haberme tomado fotos así, y eso que me las han pedido un montón de veces, por Skype, videos o fotos. Pero nunca he aceptado. Recuerdo que la primera vez que alguien me las pidió fue mi primer enamorado, él tenía 13 y yo 12. Tan solo me dijo que “quería ver”, pero yo pensé y me di cuenta que al enseñar por cámara cualquier otra persona podía ver. Fue por eso que decidí que no».

Esta vez han sido estas “celebridades” las afectadas, pero también se ven afectados tantos jóvenes –principalmente jovencitas ingenuas– que desde el colegio empiezan a enviarse mensajes y fotos de esta naturaleza, sin medir el grave peligro al que se exponen: ¿qué hará la otra persona con tus fotos? ¿Qué pasa si le roban el celular o la computadora con tus fotos? ¿Qué pasa si un hacker entra a tu cuenta y te roba las fotos? Simplemente, te pueden destruir la vida, como terminó sucediéndole a Amanda Todd y a otros jóvenes que no soportaron esta exposición pública y terminaron quitándose la vida.

Nuestro cuerpo es como una joya que debemos proteger ante la mirada de conocidos y ajenos, incluso ante nuestra propia mirada narcisista. Nuestra desnudez –parcial o total– solo será revelada el día de nuestro matrimonio a nuestro futuro esposo o esposa, en la intimidad, sin cámaras de por medio.

Queremos comprometernos a luchar contra esta terrible moda del “sexting”, rechazando los mensajes eróticos o subidos de tono con firmeza, rechazando toda sugestión o propuesta de “mostrarnos” ante la videocámara de nuestras computadoras al enamorado o amigo, rechazando enviar cualquier foto de nuestras partes íntimas.

Vía: La opción V

 

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