Compartir:

La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre es una buena noticia; aunque suceder que algunos no lo vean así.

Este puede ser el caso de los primeros hijos, quienes ven en el nuevo bebé un rival que se lleva todas las atenciones de los padres y otros adultos. Este acontecimiento deriva en celos hacia sus hermanos más pequeños que les han arrebatado ser el centro de atención en casa. Esta es una actitud que debe ser detectada por los padres para ponerle fin y actuar de forma correcta.

¿Por qué se producen los celos?

Los celos entre hermanos se producen por la sensación imaginaria de la pérdida de afecto y atenciones por parte de los padres. Cuando un nuevo miembro ingresa a la familia puede hacer sentir a los niños que la madre los ha dejado de lado y que únicamente se centra en el bebé, quien realmente precisa de más cuidado que los hijos mayores.

Para algunos niños es difícil asimilar que han crecido, que a partir de ahora ya no tienen tantos cuidados y que recibirán el mismo trato que el resto de hijos por parte de sus padres. Los celos también se pueden producir respecto a hermanos mayores, por la permanente comparación respecto el éxito que habían conseguido ya a su edad.

La actitud de los padres

Los padres no deben esperar a que llegue su nuevo hijo a la familia. Desde antes de que este nazca, deben trabajar para que el hermano mayor sepa que va a tener un nuevo familiar más pequeño y que debe tratarlo con amor:

  1. Antes del nacimiento: Los padres deben mostrar tranquilidad y casi indiferencia, aportando la información necesaria en un clima de calma al niño. Se debe evitar el chantaje emocional y nunca se deben usar comparaciones.
  2. El nacimiento: Conviene no dramatizar el parto y que el hermano mayor no escuche hablar de dolores, operaciones, heridas, sangre ya que lo viviría como una agresión del nuevo miembro a su madre.
  3. La vuelta a casa: En casa hay que permitir al hermano mayor ver y tocar al pequeño, para así disminuir la ansiedad y la curiosidad. La madre debe animarlo a que, dentro de las posibilidades, le ayude. Al bebé no le va a pasar nada y el hermano mayor ganará mucho en autoestima.
  4. Los primeros días: Si las visitas traen regalos para el recién nacido, no es bueno hacer obsequios de compensación al mayor. Esto sería una forma de decir al niño que puede exigir siempre un presente al igual que el más pequeño, lo que contribuirá a que se produzcan los celos cuando no consiga este objetivo. Si el niño quiere tener las mismas costumbres que pequeño (biberón, chupete, etc.), se le debe negar con firmeza, pero sin darle mayor importancia.

 

 

Vía: HacerFamilia

Compartir: