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¿Has pensado que puedes estar haciendo un mal favor a tu salud? Si bien hay muchas cosas que se ponen de “moda”, como comer sin gluten como si fuéramos celíacos, no necesariamente es algo bueno o saludable para ti.

La popularidad de las dietas sin gluten ha crecido significativamente en los últimos años. Pero no así la enfermedad celíaca, que a pesar de ser bastante común se ha mantenido en el 1% de la población del mundo. Esto significa que las personas que no padecen esta enfermedad y siguen una alimentación sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno) lo hacen sin justificación aparente.

Este interés por las dietas sin gluten en personas no celíacas puede deberse a diversos factores como creer que es más sana, que ayuda a adelgazar o que el gluten produce enfermedades cardiovasculares. Además, la creciente disponibilidad de productos sin gluten en los supermercados o la tendencia a “autodiagnosticarse”.

Pero estas creencias NO tienen ningún fundamento científico. El gluten no engorda y tampoco no consumirlo ayuda a adelgazar. Así como tampoco es más saludable si no se tiene la patología o alguna intolerancia al gluten. Por el contrario, puede llegar a provocar carencias nutricionales en el organismo.

Uso de grasas y azúcares

Otra razón por la que personas no celíacas suelen comer sin gluten es por pensar que el gluten aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Pero no es cierto. Según los resultados de un estudio del Centro de Enfermedad Celiaca de la Universidad de Columbia, la restricción del gluten no presenta ningún beneficio para el corazón en personas sin celiaquía, sino todo lo contrario, puede causarles algún daño.

Esto se debe a que es una dieta pobre en cereales integrales, los cuales sí han demostrado su efectividad para reducir la obesidad, la hipertensión y la diabetes. De modo que sin ellos se pierde el efecto protector que tienen frente a las enfermedades coronarias.

¿Qué es el gluten?

Se trata de una sustancia pegajosa y parduzca formada por proteínas, contenida exclusivamente en la harina de los cereales de secano como el trigo, la cebada, el centeno y la avena o cualquiera de sus variedades.

Además, es el encargado de darle esponjosidad y elasticidad -por ejemplo- al pan y a la pasta. Al retirar el gluten se deben sustituir los alimentos elaborados con harina de trigo, de cebada o centeno por versiones hechas con harina de tapioca, arroz o maíz, que llevan más grasas y azúcares añadidos para mejorar el amasado. Y por supuesto que ese mayor consumo de grasas también puede contribuir al mayor riesgo cardiovascular.

glutenPero las personas que sí son sensibles al gluten o que presentan alergia al trigo o celiaquía deben seguir estrictamente esta dieta de por vida. Lo más recomendable es asesorarse primero con un especialista en nutrición y un médico tratante para ver cómo compensar adecuadamente estos alimentos para evitar carencias nutricionales por la privación de nutrientes como vitaminas y fibras.

La mayoría de los expertos y los estudios científicos avalan que comer gluten no supone ningún riesgo para la salud en las personas que no son celíacas. Por lo tanto, lo mejor es no dejarse llevar por dietas de moda.

 

Vía: Aleteia

 

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