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Aunque siempre es difícil sacar provecho de las malas noticias, los progenitores deben esforzarse en comunicar a sus hijos, de la manera más desapasionada posible, su decisión irrevocable de separarse.

A continuación una explicación de la separación que acostumbra a funcionar bien cuando los niños son pequeños.

Ambos padres, juntos y nunca por separado, le dicen a su hijo: “Mira, cariño, los papás a partir de ahora ya no vivirán juntos. Es la mejor manera de que papá y mamá sigan siendo amigos y no los veas discutir ni pelear. Y así nosotros te podremos seguir queriendo como siempre”. 

“No somos bichos raros” Los padres pueden empezar haciendo referencia a la cantidad de parejas que se separan, y señalar a familiares y amigos conocidos de los hijos. Así mismo, es muy importante que el niño entienda que no es un bicho raro si esto ocurre en su familia. Sus padres no son unos monstruos, sino personas normales y corrientes, e incluso encantadoras, que en su día vivieron muy enamorados, y de este amor nació él, el querido hijo. Pero, ahora sus padres han dejado de amarse, y así como es difícil vivir separado de alguien a quien se quiere, también es muy complicado hacerlo con quien no se congenia.

“Seguimos siendo tus padres” Hay que hacerle entender al hijo que sus padres no han dejado de quererlo por el hecho de haberse separado. Que tampoco piense que es por culpa suya la separación de sus padres. Y que no eche la culpa a uno solo de sus padres, porque cuando dos personas se separan siempre es asunto de dos.

¿Cómo resaltarle los aspectos positivos?

Aunque la separación matrimonial o el divorcio implica un fracaso en la relación de pareja hay que saber explicar que luego las cosas pueden resultar beneficiosas para uno, varios o todos los miembros de la familia.

Dile a tu hijo que:

  • Conocerá por separado a cada uno de sus progenitores. Ahora vivirá con cada uno de ellos, en dos casas distintas, y tendrá la oportunidad de disfrutar de dos estilos de vida, dos maneras distintas de vivir.
  • Podrá beneficiarse de las distintas aficiones de sus padres y participar de ellas (ir al fútbol, acampar en la montaña, jugar juntos los videojuegos, coleccionar sellos, ir de excursión en bici, etc.), que quizá no pudieron manifestar sus padres durante el tiempo que estuvieron juntos, porque ambos no compartían los mismos gustos.
  • Será de gran ayuda para sus padres. Y no sólo por la compañía y el apoyo moral que les da en sus momentos de desánimo o tristeza, sino porque a partir de ahora cada uno de ellos tendrá que hacer solo las tareas que antes solían repartirse en casa. Cuentan con él para reconstruir el hogar.

Vía SoloHijos.com

 

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