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Los jóvenes son el futuro de la sociedad, son los protagonistas del avance social. La educación que reciban los adolescentes será determinante en el desarrollo de la comunidad. 

Cada vez es más difícil que los jóvenes retengan estos valores debido a los ambientes en los que se mueven, que salen a la luz con las salidas nocturnas.

Y es aquí donde los adultos juegan un papel fundamental.  Los padres son los responsables de inculcar los valores adecuados a sus  hijos para que en sus salidas nocturnas sepan actuar adecuadamente.

Las salidas nocturnas de tu hijo adolescente

Alcohol, drogas, aturdimiento, violencia ocasional… Son algunas de las cosas que los festejos nocturnos ofrecen a los adolescentes.  La inseguridad, la búsqueda de diversión  y la falta de madurez y de responsabilidad propios de la adolescencia, son algunos de los aspectos más preocupantes para los padres, ya que todas estas posibilidades que la noche ofrece se convierten en factores de riesgo para la educación de sus hijos.

Las ansias de pasarlo bien que inundan a los jóvenes cuando salen por la noche hace que muchas veces no sean conscientes de a qué se exponen. Muchas de las decisiones que toman durante esas salidas nocturnas a discotecas y a botellones, las toman movidos por el entorno, sin pensar en las repercusiones que puede tener en su vida.

Los padres son conscientes de que es una etapa más que todos los hijos deben pasar igual que la pasaron ellos en su época, pero el brusco cambio que ha dado la sociedad los atemoriza, por no saber bien en que nuevo ambiente se mueven sus hijos.

¿Cómo gestionar las salidas nocturnas?

La adolescencia siempre genera problemas de comunicación entre los hijos. Es una etapa de cambios en la que la fiesta y los amigos se convierten en algo prioritario para ellos. Por tanto, es lógico que los padres se preocupen por intentar limitar y negociar las salidas nocturnas. Te presentamos aquí una serie de técnicas para conseguir que los viernes no se conviertan en el día oficial de las discusiones:

1.  Lo primero que hay que analizar es que tipo de hijo tienes, si es responsable, comunicativo, rebelde, obediente.

2.  Hay que ser coherentes con sus peticiones de manera que no hay que sobreprotegerles en exceso y evitar que salgan a cualquier lado ni ceder en todo lo que pidan. Es bueno que los hijos conozcan algunas limitaciones.

3.  Fiarse no puede ser sinónimo de confiar. Es importante que digamos a los hijos que nos fiamos de ellos, pero no del entorno. 

4.  Para negociar la hora de llegada, hay que estar serenos y ser rigurosos.

5.  Trasmítele los miedos que tenemos pero aportando información. Es importante que los hijos sepan de qué les estamos hablando y de que conocemos donde se mueven, para que las advertencias suenen más creíbles. Recopilar información, pero sin dar una imagen alarmista es lo ideal. 

6.  Toda prohibición es una provocación, por eso en lugar de un «no» rotundo puedes presentar  distintas alternativas. Lo ideal es que las alternativas sean propuestas por él.

 7.  Decir que «no» sin miedo si la propuesta no es de agrado. Para evitar discusiones, pueden ceder en alguna otra cuestión a cambio. 

8.  Si los padres cedéis constantemente porque sea verano, después será muy complicado cerrar la mano.

9. También es muy importante que los padres se esfuercen en transmitir a sus hijos autocontrol y autodeterminación, para que puedan actuar sin que se vean influenciados por los demás.

Vía HacerFamilia.com

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