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Estamos próximos a terminar un año y también revisando la lista de lo que nos propusimos el año pasado. Donde seguramente tendremos en la lista cosas como: bajar de peso, trabajar nuestro mal carácter, irnos de viaje. En fin, un sinnúmero de cosas que queríamos alcanzar durante el año con la esperanza que nos fuera mejor. A partir de esto podemos medir qué es lo que nos motiva al momento de tomar una decisión sobre lo que nos hace feliz.

Recapitulando el año

Este 2016 para algunos (como yo) pudo no ser lo que esperaba. La crisis económica que nos ha afectado a muchos, además, este año perdí a mi abuelita, una mujer sabia e inteligente, hasta adelantada para nuestra época diría yo.

Hoy preguntándome qué quiero lograr en este 2017, recuerdo una de las tantas tardes de domingo en su casa en las que conversaba con su tanda de 38 nietos, filosofando sobre lo que queríamos para el próximo año. Ella escuchaba desde el “quiero un novio bueno”, “un mejor jefe”, “que la plata alcance” y “unas libritas menos”…. y ella entre risa y risa nos decía: “decida ser feliz, lo demás si viene, viene, y si no, no importa”.

El día de hoy, años después este recuerdo, sobre todo en este año tan complicado es una especie de luz cuando tantos problemas hacen que se ponga el panorama oscuro.

¿Qué es la felicidad?

La felicidad la vemos muchas veces como una meta lejanísima de alcanzar, un tesoro que desenterrar.

Se la asocia con la alegría, o con el tener pero ser feliz es una decisión. Inconsciente cuando las cosas van bien y consciente cuando estas no tienen el rumbo que queremos. Si bien es un poco complicado, no es imposible de lograr.

Algunos psicólogos dicen que vamos en buen camino si logramos poner en práctica lo siguiente:

  • Ser agradecido con lo que tengo.
  • Trabajar conscientemente en agrandar lo bueno y achicar lo malo.
  • Tener fuerza de voluntad para seguir día a día en la decisión tomada.
  • Tener sentido del humor.
  • No perder la fe.
  • Ponerse de recordatorio: “Hoy decidí ser feliz” de forma tangible, como la alarma en el celular las veces en el día que sea necesario, escribirlo en tu agenda o en el corcho de la oficina, etc.

Espero que en este año realmente tomemos la decisión de ser felices, que nos riamos de manera estruendosa, de esas carcajadas que la gente se voltea a mirar y que en ocasiones parece que hasta te puedes hacer pipí.

Es más fácil y agradable llevar la vida así; una persona feliz puede levantarse con una sonrisa en los labios aunque tenga muchas tristezas en el corazón.

 

Por: Ingrid Abad 

Mg. Desarrollo de la Inteligencia y Educación

 

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