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“Dijo Jesús: Han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo les digo: no resistan al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera discutir contigo para quitarte la túnica déjale también el manto…” (Mateo 5, 38-42)

Había pensado que la mejor forma de iniciar este texto sería hablando de la pérdida, por ser una experiencia común de nuestra humanidad elaborar procesos de pérdida-duelo en cada etapa de nuestro desarrollo. Por otro lado, he pensado en lo duro que será decir “Feliz Navidad” cuando en nuestro país tenemos, por un lado, las escalofriantes cifras de 714 casos de niños que han sido abusados sexualmente en nuestro sistema educativo1 y el lamentable caso de la desaparición y muerte de Emilia.

No nos hemos dado cuenta que de alguna forma hay un sentimiento de culpa, pérdida, dolor y duelo que estamos cargando en nuestro inconsciente colectivo social y que necesariamente tenemos que sanar. Hoy lloramos la muerte de Emilia cruelmente martirizada, nuestra sociedad está tan herida con esto que incluso hemos querido cambiar justicia con violencia.

Reconfortarse a la luz de Dios

En la Navidad celebramos el nacimiento de Jesús, quien en sus palabras y obras durante su misión redentora en la Tierra nos enseñó la resistencia pacífica tal como podemos leerlo en el Evangelio de Mateo 3, 38-42. Cuando alguien nos ha herido, humillado o ha abusado de nosotros, Jesús nos invita a encontrar una forma creativa de resistir, para poder recuperar nuestra dignidad o lo que nos han quitado; y de esta forma vivir el perdón.

¿Cómo perdonar cuando nos han quitado cruelmente la vida de Emilia? El perdón significa renunciar al venganza y a la represalia, pero no renunciemos al consentimiento pasivo del abuso para que hechos lamentables como este vuelvan a suceder. Vivir desde la no violencia nos entrega dos manos sobre el opresor o las personas que nos han hecho daño. Esto sucede cuando estratégicamente una mano le quita lo que “le corresponde” y otra mano que al mismo tiempo lo tranquiliza.

Los humanos ante la pérdida

Para el elaborar correctamente el proceso del duelo de la pérdida de Emilia podemos enfocarnos en el proceso propuesto por la Dra. Elisabeth Klüber-Ross2. Ella descubrió en sus pacientes algo que llamó las 5 etapas del duelo (negación, ira, regateo, depresión y aceptación). Según muchos escritores cristianos sobre el tema del perdón, creen que cada pérdida o cada herida es como una pequeña muerte que experimentamos. Aquí pasamos por estas cinco etapas, hasta que perdonamos y logramos vivir en libertad. Aun cuando estamos abiertos al amor y recibimos cuidados podemos pasar automáticamente por todas las etapas sin darnos cuenta

Con Emilia todos somos familia

Hoy todo el Ecuador se lamenta por la pérdida de Emilia. Hay muchas cosas que no podemos entender (etapa de negación); pudiendo experimentar enceguecidos por la violencia (etapa ira). Es aquí cuando las palabras de los padres de Emilia surgen como antídoto, ellos viviendo la etapa de la aceptación, de la mano de Dios, comprenden que no hay solución con la violencia, que se tiene que vivir para encontrar la paz, viviendo una vida de oración y lo más importante centrar nuevamente su atención en valor de su propia familia ante la pérdida de su hija.

Hoy como sociedad hacemos mucho más ganando empatía. Una que sienta el dolor de un padre o una madre que fatalmente han perdido a su pequeña hija. Pero es solo con nuestro compromiso que podremos tomar las medidas necesarias. Así ningún otro niño será violentado o mal tocado. Nuestra resistencia pacífica se construye cuando volvemos la mirada a nuestra familia y la atención a nuestros hijos. De esta forma podemos evitar que casos como el de Emilia no ocurran jamás.

Te invito ahora a que hagas conmigo esta sencilla oración:

Amado Padre Celestial, estamos dolidos por la muerte de Emilia, te pedimos perdón porque sabemos que su sangre desde la tierra clama al cielo. Danos la gracia para comprender lo que esta hiriendo profundamente a nuestra sociedad, te pedimos el valor para poder perdonar. Para experimentar el perdón ayúdanos a estar centrados en la familia y abiertos para poder recibir amor con cuidados mutuos teniendo presente que si lo hacemos pasamos automáticamente por las etapas del perdón para vivir en libertad. Te agradecemos por el don de la vida de Emilia. Consuela a sus padres y dale el descanso eterno. Te lo pedido por Jesucristo Nuestro Señor.
Amen.

 

Referencias:
1 http://www.asambleanacional.gob.ec/es/noticia/53017-fiscal-general-se-han-presentado-714-casos-de-abuso
2 Kubler-Ross, E.: On death and dying. Nueva York: Routledge, 1973.

Por: Psic. Miguel León
Consejero Comprender y Sanar
miguel.leon@comprenderysanar.org

 

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