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Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz 2014, dijo que la educación de los hombres jóvenes sobre el tema de los derechos de las mujeres es un paso crucial para terminar con la desigualdad de género.

Ella señaló que educar a las niñas es una responsabilidad colectiva, y todos debemos darnos cuenta de que tenemos un papel que desempeñar, incluidos los líderes mundiales.

Al participar en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en Davos, Suiza, Malala aseguró que no ha conocido a un solo primer ministro que no envíe a sus propios hijos a la escuela. «Todos envían a sus hijos a la escuela, sus hijos van a la universidad, no necesitan ninguna explicación sobre la importancia de la educación. Pero cuando se trata del resto de los niños del mundo, luchan muy poco. Entonces tienes que seguir recordándoselo».

La joven activista paquistaní, afirmó que “los hombres tienen un gran papel que jugar. Tenemos que enseñar a los niños pequeños a ser hombres. Para ser un hombre, debes reconocer que todas las mujeres y todos los que te rodean tienen los mismos derechos y que forman parte de este movimiento por la igualdad”.

Su llegada a este foro mundial coincidió con el arribo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien se refirió sin mencionarlo directamente al ser entrevistada. Ella respondió a una pregunta específica sobre el jefe de la Casa Blanca, dijo estar «desilusionada al ver que personas que se hallan en posiciones elevadas hablan de las mujeres en términos de desigualdad y no las aceptan como iguales a los hombres». Además, remarcó que es necesario impulsar a los líderes políticos y de la economía a llevar la educación entre sus prioridades porque sus beneficios son ilimitados.

Camino de lucha

Hace cinco años, Malala Yousafzai recibió un disparo en la cabeza por parte de los talibanes en su Pakistán natal. Esto por desafiar la prohibición de que las mujeres vayan a la escuela. Desde entonces, se ha convertido en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. Además, ha escrito dos libros y obtuvo una plaza para estudiar en la Universidad de Oxford.

En enero de 2009, cuando Malala tenía solo 11 años, los talibanes anunciaron que a ninguna niña se le permitiría ir a la escuela. Este fue el momento en que se dio cuenta de que la educación «es más que leer libros y hacer tareas. «La educación posibilita el empoderamiento de las mujeres, y los extremistas se dieron cuenta antes que nadie», manifestó Malala.

 

Vía: YoInfluyo

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