Compartir:
Estudios sobre el desarrollo humano prueban que no todo es negativo con respecto al movimiento de personas.

 

Tan solo con leer las noticias, el fenómeno migratorio que vive el mundo es una triste realidad que estremece cada fibra del cuerpo humano. Hemos visto desde niños ahogados, mujeres embarazadas en peligro crítico, hasta familias enteras separadas en varios lugares por los conflictos que el mundo sufre hoy. Sin embargo, estos hechos han arrojado estadísticas positivas relacionadas al desarrollo humano y el crecimiento económico mundial.

 

La Gran Migración, como se ha llamado a este fenómeno, es un efecto secundario de unos de los mayores éxitos de nuestros tiempos: el indiscutible colapso de la pobreza a nivel mundial. Un estudio del Centro de Investigación en Washington (Center for Global Development), anunció esto sobre la base de más de miles de censos nacionales efectuados en las últimas cinco décadas.

 

Esta migración masiva no se esperaba porque por años los políticos creían que habría menos migración porque los países pobres empezaban a prosperar. Desde la década de los 90 la proporción de pobreza extrema, es decir, personas que viven con $1,25 o menos al día, se ha reducido a la mitad.

 

Nunca ha habido menos violencia. El conflicto sirio es una excepción en un período de la historia donde la guerra ha disminuido considerablemente. Si bien el mundo hoy es más próspero y pacífico que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad, el número de migrantes se sitúa en un nivel récord. Esto se debe a que mientras más dinero tienen las personas para migrar, más lo hacen, incluso arriesgando sus vidas.

 

Hoy hay menos violencia. El conflicto sirio es una excepción en un período de la historia donde la guerra ha disminuido considerablemente.

Cuando un país se encuentra en vías de desarrollo, su tasa de emigración incrementa hasta que se vuelve más próspero. Este proceso generalmente toma décadas y únicamente en el momento en que se conquista la prosperidad, la emigración se detiene. Pero, lo que se ha percibido a raíz de estos eventos migratorios es que la gente no solo huye de la guerra, sino de la pobreza. Sin duda, la guerra es un catalizador, es decir, si ocurre un conflicto y el país es más próspero que antes, la gente migrará. Lo relevante en este escenario es que hoy más afectados tienen los medios para emigrar que antes.

 

Cuando el mundo era mucho más pobre, Europa por ejemplo, no se preocupaba por imponer rígidas leyes de migración puesto que en ese tiempo eran pocos quienes, queriendo migrar, podían hacerlo. La globalización y el desarrollo de la humanidad han transformado los movimientos de personas así como los de bienes y de dinero.

 

Son innegables las desgarradoras historias de familias destruidas a causa de la migración y de gente miserable tratando de moverse de un lugar a otro con intenciones de empezar una vida mejor. Incluso, sería iluso ignorar la cantidad de gente a quienes se les niega un asilo simplemente por tratarse de un número más de la lista. Pero también sería un error cegarse ante los datos alicientes que se han evidenciado a partir de estos eventos; estos indican que no es la guerra la que hace que la gente migre, sino la prosperidad.

 

 

Por: Paola Ycaza
paola.ycaza@gmail.com

 

Compartir: