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Aunque en nuestro sistema educativo actual, la secundaria como tal ya no existe ya que la educación básica se extiende hasta 10mo., en la mayoría de colegios, sigue presente.

El tiempo pasa y los hijos crecen. De repente hoy, nos encontramos con que nuestros pequeños estan siendo tratados como “señor” o “señorita” porque iniciaron la secundaria. Si bien la entrada a esta nueva etapa genera muchas menos fotos que la entrada a preescolar, o retos menos concretos como aprender a leer y escribir como cuando entraron a primaria, no es menos importante.

Además del trato distinto, nuestros hijos se enfrentarán a otros cambios: jornadas de trabajo más largas y más altas exigencias. Asi mismo se enfrentan a los cambios internos, ya que la entrada a secundaria coincide con el inicio de la adolescencia. Y es aquí donde los padres tenemos que estar más atentos, ser más sabios y más prudentes ante los retos de esta nueva etapa.

Un nuevo comienzo

Una de las claves para acompañar a nuestros hijos en esta etapa es saber mantener la distancia. Ellos ya no son niños (y nos lo recordarán a cada momento), por lo que es importante que no los tratemos como tal. Sin embargo esto les traerá nuevos derechos y nuevas obligaciones.

Entre los derechos, probablemente, ellos nos exijan más privacidad, acceso a su propio celular y hasta una mesada. Nuestro reto está en administrar estos nuevos beneficios con sabiduría y convertirlos en momentos de crecimiento y aprendizaje. Así, si no quieren que entremos a su cuarto, tendrán que ser responsables del orden y la limpieza de su espacio; si les damos un celular, será su compromiso cuidar el saldo para estar siempre comunicados con nosotros; y sobre su mesada deberán.administrarla de forma que cubran sus gastos y ahorrar.

Por otro lado, entre sus obligaciones, el colegio será la más demandante. La secundaria exige más tiempo de estudio y requerirá de mejores habilidades para administrar su tiempo, si no quieren dejar de hacer las cosas que les gustan. Hay que dejarlos trabajar solos, pues serán ellos quienes afronten las consecuencias si no son responsables. No por eso hay que dejar de hacerles el respectivo seguimiento durante el proceso, así no nos llevaremos sorpresas al final de año.

Ajustándose a los cambios

Como mencionamos antes, en esta nueva etapa, se dan muchos cambios internos en nuestros hijos y se despiertan nuevas inquietudes. Con la adolescencia, a veces no se sienten cómodos ni con ellos mismos. En esta etapa hay que reforzar los límites del respeto a los padres, a los educadores y a sus compañeros. Puede resultar útil recordar nuestra propia adolescencia, y sin ser inflexible o autoritario, hacer una reflexión para afrontar los conflictos sin reaccionar mal en el momento.

Por otro lado, se despierta el interés por el sexo opuesto. Esto, sobre todo en las mamás, genera muchas inquietudes. Lo primero es tener claro que es un proceso natural, que se va dando en cada niño a un ritmo diferente y eso hay que respetarlo; estando cerca de él, observándolo y sobre todo escuchándolo.

Y así, el inicio de la secundaria nos plantea muchos retos, donde si bien mantener la distancia implica “dar espacio”, también requiere acercarse y acompañar. Sepamos que aunque nuestros hijos ya sean “señores” y “señoritas”, siempre van a necesitar a sus papás cerca.

Por: Inés Cobo de Gilbert

Psicóloga

Directora Ejecutiva Sir Thomas Moore

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