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La orientación y la terapia familiar son distintos procesos que buscan un mismo fin: el bienestar de tu familia.

Es recurrente esta duda una vez que se presenta  la opción del orientador en consulta privada, la cual  es una nueva alternativa en nuestro medio.

La consulta de orientación familiar está centrada en ayudar a resolver aquellos problemas que tienen que ver con su vida actual y que, por algún motivo, no han podido ser controlados. Además, le afectan –generalmente- a todo el sistema familiar.

Puede tratarse de la toma de nuevas decisiones, la clarificación de circunstancias  conflictivas o la aceptación de cambios cruciales; ante los cuales se duda y se requiere una mirada objetiva, con mayor distancia como puede ser la de un orientador. Quien es el indicado para guiarnos hacia una solución pertinente.

Muchas consultas apuntan también a la prevención de futuras problemáticas que pudiesen presentarse por antecedentes familiares o porque se aspira a vivir individual y familiarmente de la forma más sana y feliz posible.

Muchas consultas apuntan también a la prevención de futuras problemáticas que pudiesen presentarse por antecedentes familiares.

Por otro lado, la terapia trata problemas que tienen  una raíz profunda y se pueden estar  desbordando. Es por esto que en muchas ocasiones requerimos el uso de varias técnicas terapéuticas que, con la intervención de un profesional debidamente formado, nos ayudará a resolver problemas.

Ambos, el orientador familiar y el terapeuta, deben respetar al individuo en su derecho de tomar las decisiones con su propio sistema de valores, recursos personales y capacidades para lograr los cambios que busca.

Por Ma. Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
orientar.tuvida@gmail.com
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