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El Papa Francisco, mantuvo un encuentro con el mundo de la educación en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador. El discurso de bienvenida estuvo a cargo de Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, obispo de Loja y Presidente de la Comisión Episcopal de Educación.

A continuación el texto de bienvenida.

Santo Padre, con alegría hemos esperado este encuentro con usted. Le presento el saludo en nombre de todos los que llevan la tarea de educar en el Ecuador. Están aquí las principales autoridades educativas y educadores: sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de la Amazonía, de la Sierra, de la Costa y de Galápagos.

La historia de la Iglesia ecuatoriana está fuertemente ligada a la tarea educativa desde el año de 1.551 con la fundación de la escuela “San Juan Evangelista” por parte de Fray Jodoco Rique. Desde allí hasta el día de hoy, la Iglesia ha jugado un papel protagónico en la educación en el Ecuador, fundamentalmente con el trabajo de las congregaciones religiosas, tanto femeninas como masculinas y ha dado su fruto con la santificación del Hermano Miguel y la Beata Mercedes de Jesús Molina, de quien esperamos su pronta Canonización.

La Escuela Católica ha estado y está presente en medio de los más pobres. Especialmente destaco la labor en medio del mundo indígena de la Amazonía y de la Serranía, así como del campo y en los suburbios de las grandes ciudades. Estamos convencidos de que, como dice el Documento de Aparecida, somos una “Iglesia en misión”, y nuestra misión como Escuela Católica es la de “Educar evangelizando” y “Evangelizar educando”.

No nos resulta fácil educar hoy. Atravesamos diferentes problemas que buscamos ir solucionándolos a través del diálogo con las autoridades educativas. Pedimos se nos tome en cuenta al momento de emitir las políticas educativas nacionales. Somos claros en proclamar que la Constitución de la República garantiza a los padres de familia la libertad de educar a sus hijos en el modelo pedagógico y religioso que ellos escojan.

Somos conscientes del gran aporte que la Escuela Católica ha dado y da al país y por ello nuestra presencia no puede ser desconocida. También, Santo Padre, la Educación Católica se encuentra afectada por la carencia de religiosos y religiosas que lideren procesos educativos católicos. No podemos perder la ilusión y el encanto por la pastoral educativa.

No nos resulta fácil financiar la tarea educativa en medio de los más pobres del Ecuador y en esto el Estado no puede desconocer su compromiso de financiar y apoyar nuestra labor. También nos vemos aquejados por diversas trabas y problemas en el campo administrativo escolar.

De manera especial Santo Padre, queremos que nunca se desconozca el derecho de que la Enseñanza Religiosa Escolar sea parte del currículo básico de nuestras escuelas.

Sabemos que la realidad del niño, adolescente y joven de hoy es compleja y que por ello, muchas veces el modelo educativo a nivel nacional no llega “al interior del ser humano” que se educa. Ello nos cuestiona y nos compromete al mismo tiempo a diseñar el modelo educativo, bajo la inspiración cristiana, el mismo que incluya la solución a los problemas fundamentales del ser humano. En nuestras escuelas debemos ofrecer respuestas integrales para los problemas actuales como el respeto a la vida, la promoción de valores humano-cristianos, la violencia al interior de las escuelas, el tráfico y consumo de drogas, la educación para el amor y la afectividad, entre otros.

Como Iglesia no podemos dejar la misión de educar y evangelizar. Ése es nuestro aporte para construir un mejor país y una sociedad más digna, justa y libre.

Santo Padre, estamos seguros, como “colega” que es nuestro, pues usted es un educador, de que su palabra nos alentará y comprometerá aún más a vivir auténticamente nuestra misión de educadores. Queremos ser educadores en “salida” hacia la periferia existencial de la vida de nuestros niños y jóvenes y ello porque  sabemos que “Educar es cuestión de corazón” y que “La Educación es un acto de amor, es dar vida” Bienvenido Santo Padre.

 

Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb

Obispo de Loja – Presidente de la Comisión Episcopal de Educación

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