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Encontrarle sentido a la propia vida, el autocuidado, así como la prevención, son factores clave para una vejez exitosa.

 

Pocas veces se ha escuchado juntar estas dos palabras: éxito y vejez, como si fuesen incompatibles. Antes se hablaba del envejecimiento patológico y el no patológico, como si lo máximo a que podía aspirar alguien de 65 años fuera envejecer sin una enfermedad crónica hasta los 80, y después de eso no había mucho más que esperar. Ahora es diferente, hoy se habla del envejecimiento exitoso.

Envejecer con éxito es hacer lo mejor que se puede con lo que se tiene.

Se pensaba que el envejecimiento normal involucraba inevitablemente el riesgo de sufrir una enfermedad crónica y caer en dependencia después de los 80. Pero, eran muchos los casos de personas con más de 80 años que llegaban a esa edad sin mayores complicaciones de salud. La actitud positiva ante la vida y los deseos de seguir aprendiendo que tenían estos viejitos, obligaron a los expertos a revisar la meta en la vejez y concluyeron que las personas no deben aspirar a envejecer de manera normal, sino de manera exitosa.

Por eso, la gerontología -ciencia que estudia la vejez- pasó de enfocarse y preocuparse solo en la enfermedad y discapacidad, a una visión más amplia y positiva, individualizada y fuerte como la posibilidad de vivir un envejecimiento exitoso.

 El modelo de envejecimiento exitoso abarca elementos como el envejecimiento activo y el saludable, pero no limita al adulto mayor a estar únicamente en actividad y a no tener problemas de salud, sino que también propone otros tres componentes:

El alto compromiso con la vida, que se entiende por encontrarle sentido a la propia vida a través de la realización de actividades relevantes y a la importancia de las relaciones afectivas, en especial, de los familiares que son la red de apoyo fundamental para cada persona.

El funcionamiento físico y cognitivo, que no debe responder a un modelo de asistencialismo, sino de autocuidado y autodeterminación que se inicia desde temprana edad y no acaba nunca.

La prevención de enfermedades y discapacidad, tomando en cuenta que la mayoría de los factores que determinan cómo nos veremos y qué sentiremos a los 80, dependen de mí: de mis hábitos y de mi cercanía con una estructura de atención en salud.

 Pero la pregunta es: ¿Qué es envejecer con éxito para ustedes? Las respuestas de algunos son: ser independiente, practicar el autocuidado, seguir siendo dignos, etc.

Sin embargo, a veces envejecer con éxito es hacer lo mejor que se puede con lo que se tiene, porque existe una crítica al modelo de envejecimiento exitoso que dice: ¿Qué pasa con los que sufren pérdidas o tienen discapacidad? ¿Ellos no pueden ser exitosos, son perdedores? ¡Por supuesto que no!

Nos movemos en un espectro de grises, no de blanco o negro, nos movemos dentro y fuera de la zona del éxito, así como un joven puede ser saludable y enfermarse de una gripe, sufrir una fractura, tener momentos de tristeza, etc.; también, para un adulto mayor nunca es tarde para iniciar el camino de maximizar lo que se tiene, reconciliarse con el pasado, aceptar sus limitaciones, reducir el riesgo de eventos desafortunados y ser resilientes ante lo inevitable. 

 

 

Por: Camila Valdivieso
Gerontóloga

 

 

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