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La biblioterapia es una herramienta que puede servir para explicar a los niños qué es la muerte: el final de la vida. A continuación consejos a seguir para saber cómo abordar el tema, para explicarles el concepto de la muerte y enseñarles cómo enfrentar sus sentimientos.

La curiosidad natural de los niños es infinita. Sobre todo con respecto a esos temas que los adultos y la sociedad tendemos a evitar. La muerte en muchas civilizaciones es un tema tabú. Particularmente en la nuestra cuando se trata de explicárselas a los niños. Es interesante que los niños son conscientes de ella mucho antes de que los adultos nos damos cuenta. Y es que la muerte es parte de su vida cotidiana. A diario ven insectos muertos en el patio, ven docenas de muertos a través del cine y la televisión. En las ocasiones en que fallece alguien cercano y querido es donde más problemas nos surgen. No hablar del tema genera en los niños muchas inquietudes y dudas. Y no pensamos en que el temor a lo desconocido es peor que la propia realidad.

Cuando ayudamos a nuestros hijos a curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de todas –la muerte de un ser querido-, los estamos dotando de unas capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el resto de sus vidas. (William C. Kroen, 1996)

¿Cómo abordar el tema?

Lo más habitual es tratar el tema a través de terceras personas y con una representación reconfortante del cielo. Muchas veces, intentando evitar el tema y tratando de impedir que sufran, transmitimos ideas equivocadas, temores, aumentamos sus preocupaciones y no ayudamos a que superen su propio duelo.

Comprender el concepto de la muerte: ‘el final de la vida’

Para un niño no es fácil comprender que la muerte es el final natural del recorrido de todo ser vivo. En los primeros años entienden la idea de la muerte como algo reversible, atemporal e impersonal. Esta idea se ve reforzada en parte al ver dibujos animados que vuelven a la vida tras ser aplastados o explotados. Será un poco más adelante, entre los 6 y los 9 años, cuando empiecen a sospechar que la muerte es algo definitivo y es ahí donde comienza la verdadera angustia.

¿Cómo afrontar los sentimientos?

A un niño la muerte le genera sentimientos de culpa, de ira, que se pueden evidenciar en ciertas ocasiones como problemas de comportamiento. Esto ocurre sobre todo si a su alrededor no hay adultos que le ayuden a afrontar el tema, que le ofrezcan palabras para definir lo que sienten, que les dejen llorar a gusto.

Un buen recurso para hacer frente a esta situación pueden ser los cuentos y libros infantiles. La distancia que aporta la fantasía resulta básica para ayudarles a entender la pérdida de un ser querido. Estas son historias que contadas por otros pueden ayudarles a comprender el proceso, elaborar el duelo, inferir conceptos, es decir, ponerlo en palabras.

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A continuación les dejo algunos títulos de libros para niños que les ayudarán a ustedes como padres a hablarles sobre la muerte a sus hijos, y a ellos a comprenderlo. Les recomiendo que luego de la lectura, conversen con ellos acerca de qué es la vida, de qué es la muerte, acerca del ciclo vital de las personas, de por qué morimos, por qué unos mueren antes que otros, de los sentimientos que nos produce la muerte, entre otros temas que puedan surgir.

Literatura recomendada

‘No es fácil, pequeña ardilla’. Elisa Ramón y Rosa Osuna. Kalandraka.

‘Nana vieja’. Margaret Wild y Ron Brooks. Ediciones Ekaré.

‘El árbol de los recuerdos’. Britta Teckentrup. NubeOcho.

‘Una casa para el abuelo’. Grasa Toro e Isidro Ferrer. Libros del Zorro Rojo.

‘La balada del rey y la muerte’. Koos Meinderts, Harrie Jekkers y Piet Grobler. AH Pípala. (SUPER recomendado para aquella preguntita que todos los niños hacen “Por qué se mueren las personas?”)

‘¿Qué viene después del mil?’. Anette Bley. Takatuka.

‘Inés Azul’. Pablo Albo y Pablo Auladell. Thule.

‘El pato y la muerte’. Wolf Erlbruch. Barbara Fiore Editora.

Por: Psic. Cl. María José Barredo S.

Master en Cuidados Paliativos y Psicoterapia

mjosebarredo@gmail.com

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