Compartir:

Para los jóvenes o esos adultos que creen “ya para qué, si fracasé…”

Oído al azar

Ella: Tú y yo estamos bien como estamos, ¿por qué necesitas que sea formal?

Él: Yo no necesito que sea formal, yo quiero saber que tú y yo mantenemos el mismo compromiso, que eres mi compañera de fórmula. Quiero que seas mi pareja pública, saber que somos exclusivos para cada uno, que puedo llamarte a cualquier hora sin riesgo a enterarme de que estás con alguien que no soy yo o en algo que no sabré. Ya no quiero más anonimato porque cuando la “cosa” es pública el compromiso se acentúa porque sé que me debo a ti frente a mí y que lo he dicho en voz alta y eso, a mí, me compromete aún más.

Ella contesto: ¿Aún más, acaso no basta lo que vivimos para saber que estamos comprometidos?

Él: No, no basta solo lo que vivimos, hay que hablarlo entre nosotros, hay que dejarlo saber.

Ella guardó silencio, él se cayó y frente al silencio se fue.

¿Quién tiene la razón?

Como siempre depende del punto de vista desde donde se quiera analizarlo, cualquiera de los dos puede tener la razón, sin embargo acá unas cuantas razones de por qué es mejor formalizarlo:

Los compromisos adquiridos en pareja perpetúan nuestro deseo de ser parte de algo, en este caso de la pareja, nos hace sentir que somos equipo al que pertenecemos y que es nuestro trabajo dar lo mejor.

El decirlo públicamente hace que quienes estamos en ese compromiso pensemos que se enorgullecen de nosotros. Nos empuja a trabajar más por el tema de que todos lo saben y que debemos quedar bien.

Podríamos preguntarnos: ¿esto entonces no es solo una pose? ¿Estamos cumpliendo solo con un compromiso social? ¿Es una cuestión de vanidad? Considero que muchas personas logran comprometerse solo con su palabra, sin embargo, el ser humano es un ser social y el compartir los compromisos con los otros nos hace sabernos acompañados por otros que están en el mismo proceso. Esto nos permite intercambiar información, buscar apoyo, tener modelos de referencia, es decir, llevar este compromiso de manera más fluida… Por eso debe ser formal, tal vez no al inicio, pero sí cuando “sé que tú eres lo que quiero”. ¡Suerte en ese estar seguro o en ese conocerse tanto que sé bien lo que quiero!

Por: Ma. del Carmen Rodrigo

Psicóloga Clínica

mariadelcarmenrodrigoh@gmail.com

 

Compartir: