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Como muchos sabrán, el Papa ahora está visitando Colombia con el fin de hacer sentir su cercanía de pastor. Además, busca la reconciliación en ciertos ámbitos de la sociedad colombiana. Sin embargo, esta visita ha dado pie a que salgan ciertas pestilencias que huelen a “sedevacantismo”… me explicaré.

Esta es la imagen que me encuentro en redes, y es obvio que no tengo nada en contra de San Juan Pablo II. Es solo que parece que algunos “católicos” no se han enterado que la sucesión apostólica de Pedro ya avanzó hacia el número 266.

“Este Papa no me representa”

Es lo que he leído por ahí, porque “es un comunista”, un “liberal”, “izquierdoso”. La lista continúa, pero vamos a parar el carro ahí, para hacer unas pequeñas previsiones. Primero, que el Papa no tiene porqué “representarte” ni a ti que me lees ni a mí que escribo, porque el ministerio petrino NO es un asunto político. Esto seguramente se confunde debido a que la diosa democracia ha hecho de las suyas en la mentalidad de Occidente. Pero a la Iglesia no la podemos meter en el mismo saco irreverente de ideologías políticas y memos partidistas. Si algo “representa” el Papa, es la unidad visible de la Iglesia. Es decir, que lejos – muy pero muy lejos – de la postura política y personal de Jorge Mario Bergoglio, hay una realidad que le trasciende, y es la del ministerio de Francisco, el Sucesor de San Pedro.

¿Se puede equivocar el Papa?

¡Pero por supuesto! La infalibilidad del Papa no cubre sus apreciaciones personales sobre política, ecología, economía y sociedad. Dirá muchas cosas acertadas, como también dirá algunas que no lo serán tanto. Habrá católicos de acuerdo con su opinión y habremos otros que disentiremos en una que otra cosa, pero todo dentro del campo de lo opinable.

No obstante, concluir que porque la postura política del Papa difiere con la mía, él “no es el Papa, o al menos no el mío”. Eso solo tiene un nombre: CISMA, y es cuando automáticamente me separo de la Iglesia que Cristo ha fundado, para ubicarme en cualquier otro lado, pero en la Iglesia Católica NO.

En otras palabras: quien niega que Francisco es, no sólo el Papa, sino MI padre espiritual, el que Dios ha puesto en este tiempo, sencillamente no puede seguirse llamando a sí mismo “católico”. Además, siéntase libre de montar cuatro cañas y hacerse su propia “iglesia” como ya miles lo han hecho a lo largo de los siglos. Pero de ahí, a negar que Francisco es el Papa, y querer seguir siendo católico, es un asunto de capricho y de irrealidad.

En este tiempo de tensiones políticas, sobre todo en Latinoamérica, aprendamos a madurar un poco más la fe, para que podamos disentir – con la libertad de los hijos de Dios – en todo aquello que es opinable, sin que esto me lleve a generar división en la fe de la Iglesia. Recordemos que Dios desde el principio ha querido valerse de medios humanos y frágiles para hacer su obra divina.

Los Papas son pasajeros, pero la Iglesia se mantiene hasta el final de los tiempos (Cfr. Mt 16,19), y en esta promesa está puesta nuestra esperanza de mantenernos fieles.

¡Dios los bendiga!

 

Por: Steven Neira 

 

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