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Creó una clí­nica médica en el lugar donde se accidentó y brinda atención gratuita a personas de bajos recursos.
Osvaldo Pin iba manejado en la ruta cuando de repente se quedó dormido al volante y de forma inmediata se estrelló contra un poste en una localidad de Guayaquil (Ecuador).

Si bien lo pudieron rescatar con vida en el momento, el accidente lo tuvo en estado vegetal y coma durante tres meses. La mayorí­a creí­a que no se levantarí­a más. Casi todos, menos su madre, cuya devoción por la Virgen de Schoenstatt le salvó la vida, reconoce de alguna manera Osvaldo.

«Mi mamá habí­a prometido que si me curaba, yo, que recién me habí­a graduado de médico, darí­a atención gratuita y popular a los moradores del sector donde me accident靻, expresó en diálogo con el portal Expreso de Ecuador, que recoge su historia.

Contra todos los pronósticos Osvaldo logró recuperarse y raí­z de esto lo primero que procuró fue cumplir la promesa como muestra de agradecimiento. Es así­ que surgió la Clí­nica Maternidad, lugar ubicado en Flor de Bastión (una de las zonas más vulnerables de la ciudad), que «actualmente ha visto nacer a decenas de guayaquileños y a través de sus charlas y programas de prevención ha logrado reducir los casos de diabeteshipertensión y maltrato intrafamiliar», indica Expreso.

El accidente de Osvaldo hace 25 años y de alguna manera hoy en dí­a es él quien puede a través de su profesión salvar la vida de otros. No obstante, la puesta en marcha de esta clí­nica no estuvo exenta de dificultades.

Los primeros tres años luego del accidente Osvaldo tení­a que movilizarse en sillas de rueda. Esto sumado a los pocos recursos con los que contaba en el momento del accidente (médico recién recibido) ya que hasta ese momento se habí­a desempeñado como visitador médico. En esas condiciones, para no dejar de cumplir la promesa, recorrió casas ofreciendo sus servicios, realizó partos y siguió adelante.

Pero un dí­a lo logró y el centro de asistencia en la zona donde habí­a sucedido la tragedia se hizo realidad.

Actualmente Osvaldo es un médico prestigioso. Especialista en medicina interna y cirugí­a general. Trabaja en el Omnihospital de Guayaquil. Es catedrático y vicepresidente de la Asociación Médica Panamericana. Además, tiene un máster en Salud Pública y trabaja en un programa para disminuir el consumo de drogas en adolescentes, además de evitar la muerte de prematuros en Flor de Bastión.

Su trabajo ha sido reconocido a nivel internacional. Incluso, recientemente fue premiado por distintos organismos internacionales de salud por su obra «Madre Vida», un libro de anécdotas sobre su infancia y profesión. Estos reconocimientos son un homenaje a su constancia, trayectoria y trabajo en el campo social.

Con respecto a su trabajo en la clí­nica que levantó tras el accidente expresa: Esta gente es mi gente, Me ha dado lecciones de vida¦ Por ellos tengo los pies sobre la tierra, un compromiso eterno y una promesa que nunca voy a quebrar

«Nunca hay que perder la sensibilidad y el sentido de ayuda al prójimo, la vida nos premia», reza una de las frases más destacadas de su sitio web.

Este médico está convencido que las oraciones hicieron que se diera el milagro y pudiera renacer. Hoy en dí­a Osvaldo sigue expresando agradecimiento y su testimonio de vida merecí­a ser contado. 

Via: Aleteia

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