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Cuando se presenta un embarazo no planificado, se podrían tomar decisiones precipitadas que luego puedes lamentar.

 

Si has dejado embarazada a una chica, y no te lo esperabas, es probable que te sientas sorprendido, abrumado, asustado. Tal vez pienses que ese nuevo hijo o hija va a cambiar demasiado tus planes de futuro, o que no es tu problema y que ya se las “arreglará” ella como sea.

Puede ser que te sientas presionado para seguir saliendo o casarte con ella. Estas son decisiones (sobre todo la de casarse) que debes tomar muy en serio y después de reflexionar con calma. No debes tomarlas por compasión, por obligación y menos por presión, sino solamente si ves que es posible y conveniente y quieres de verdad comprometerte a construir un proyecto de familia duradero y estable con ella y con tu hijo o hija. Una cosa es que el niño que has engendrado sea tu hijo, que quieras ser su padre, un buen padre, y otra es que puedas formar una familia unida. Son cuestiones diferentes que no debes mezclar.

También es posible que pienses que el aborto es la solución, e incluso puede ser que le hayas propuesto a ella que aborte o que alguien te haya dicho que esa es la mejor opción y que debes intentar convencerla.

Es verdad que ahora tienes un nuevo reto: sacar adelante tu vida y la de tu hijo; y también apoyar a su madre.

Pero recuerda que estar embarazada significa que vive en ella un nuevo ser humano, que también es tu hija o hijo. No es una parte de su cuerpo, ni un “proyecto” de ser humano, ni un simple coágulo o grupo de células. Es un ser humano, mujer o varón que ya tiene su propia identidad y en sus genes ya están decididos su huella dactilar, su color de ojos, de pelo, etc. La mitad de sus genes son tuyos, así que es probable que también se parezca a ti. Tú también pasaste por esta fase al comienzo de tu vida: fuiste un hijo que crecía poco a poco en el vientre de tu madre.

El aborto no va a hacer desaparecer tus preocupaciones. Aunque creas que te sentirás “aliviado”, el aborto no conseguirá que vuelva el pasado, que te conviertas en un chico que nunca ha sido padre, que nunca ha dejado embarazada a esa chica. Si ella aborta, serás un hombre, un padre, que ha perdido a su hijo para siempre, y esto también puede hacerte mucho daño. Es importante que sepas que el aborto no afecta sólo a la mujer.

Es verdad que ahora tienes un nuevo reto: sacar adelante tu vida y la de tu hijo; y también apoyar a su madre. Ella tendrá los mismos miedos y preocupaciones que tú y necesitará apoyo y valentía para llevar adelante el embarazo y el parto. Tanto durante el embarazo como cuando nazca su bebe, existen muchas alternativas: puedes pedir ayuda a tu entorno (familia, amigos…) y si ellos te presionan para abortar puedes acudir a personas especializadas. Una de las opciones es dar el niño en adopción si piensan que no van a poder criarlo. Unos padres adoptivos en mejores circunstancias que las suyas pueden ofrecerle un futuro y quererle como lo hubieran querido ustedes.

Ante este embarazo, no tomes decisiones precipitadas que luego puedas lamentar; pide consejo y plantéate ser una persona que reacciona con responsabilidad y ante esta nueva vida toma la decisión más humana. Con ayuda, tú puedes seguir realizando tus planes de futuro, tus ilusiones y desempeñar un papel muy importante en la vida de tu hijo o hija: puedes darle la oportunidad de seguir viviendo, y de alcanzar algún día, como tú, sus planes de futuro y sus ilusiones.

 

 

Por Dr. Jokin de Irala
Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública
www.joveneshoy.org

 

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