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La sociedad actual plantea retos cada vez más exigentes para los jóvenes, donde muchas veces es necesario explotar las habilidades que cada uno tiene y en lo que es más fuerte para destacarse.

Conversamos con algunos jóvenes (unos con más experiencia que otros) que han logrado abrirse camino en educación, cultura, deporte, tecnología, entre otros.

Una fascinación por los números

Quizá para algunos las matemáticas sean una ciencia difícil de comprender, pero para otros, como Lissette Maingón Mora, es un lenguaje universal que supera las barreras del idioma. Esta estudiante de colegio, encontró el amor por los números desde muy niña. Recuerda que sus primeros juegos los inventaba con números, los que iban desde calcular el vuelto por una compra hasta identificar curiosidades de estos en las placas de los autos. “Las matemáticas me han enamorado completamente. Han despertado una sed de saber cómo usarlas para entender el mundo y participar activamente en la creación de implementos o investigaciones que sean de utilidad”.

Lissette ha participado en concursos y olimpiadas de matemáticas dentro y fuera de Ecuador. A nivel internacional representó al país en: Paraguay, Uruguay, Sudáfrica, Tailandia y Rumanía. En la olimpiada del Cono Sur, en Uruguay, obtuvo una medalla de bronce. En olimpiadas por correspondencia obtuvo una Mención de honor (Olimpiada Argentina, 2013) y una medalla de bronce (Olimpiada Rusa, 2014).

Gracias al conocimiento adquirido y la constancia de trabajar duro, tanto en los concursos como en el colegio, Lissette fue aceptada para estudiar Ingeniería Mecánica en Estados Unidos. Se siente orgullosa de lo que ha obtenido, pero sobre todo de demostrar que las ciencias ya no son solo un área “para hombres”.

Colaboración de Stella Defilippi.

El gran viaje

Crear un videojuego en Ecuador suena a una idea fantasiosa y más si es basado en historias del pueblo Cañari. Sin embargo, para el diseñador gráfico Ernesto Santos, y su gran equipo, no fue así. Ellos vieron una alternativa viable y lo hicieron realidad. ‘El gran viaje’ trata la historia de un joven cañari que debe reencontrase con su familia y juntos hacer frente a la invasión por parte del Imperio Incaico. “El objetivo inicial de ‘El gran viaje’, era crear un juego para nuestros jóvenes, rescatando aspectos culturales de nuestra región”, explica Ernesto. El proyecto del videojuego fue culminado en marzo de 2015 y expuesto en el Museo de Pumapungo en Cuenca.

Gracias a la gran acogida que tuvo se les presentó la oportunidad de llevarlo a Los Ángeles, EE.UU., al E3 (Electronic Entertainment Expo 3). “E3 es el evento más grande del entretenimiento y juegos de video, donde se presentan los nuevos juegos a ser lanzados en los próximos años. También existe un espacio para promocionar proyectos independientes como el nuestro, permitiéndonos ser visibles al resto del mundo”, enfatiza Santos.

Al regresar de EE.UU., Santos y su equipo llegaron cargados de ideas, opiniones, comentarios y ganas de seguir desarrollando proyectos de este tipo, además de sistemas interactivos y simuladores. “Esperamos que en Ecuador se forme una sólida industria de videojuegos que apoye y soporte a la comunidad”.

Puedes descargar el demo del juego en su web: El Gran Viaje

Un cerro de cuentos

Michael Simisterra (19 años) Emily Solís Ponce (17 años) y Angie Proaño (18 años), son 3 jóvenes cuenteros que nacieron del programa de Corporación Cultural Imaginario “Un cerrito de cuentos”. Donde se trata de estudiar cómo se hacen y se cuentan cuentos, de investigar acerca de estos, de amar los libros y el arte, y siempre hecho por niños y para niños y niñas.

Para este grupo de jóvenes artistas, contar cuentos significa entrar en el personaje, llenarse de actitud, ganas y transmitir por medio de la narración (y la emoción) historias llenas de fantasía. Para Emily y Angie, al inicio contar cuentos, era una experiencia cargada de disntintas emociones, pero sabían que al final todo dependía de ellas, de hacerlo con toda su energía y sentimientos.

Actualmente, Michael, Emily y Angie, realizan sus presentaciones solos, lo que les ha significado un reto. Al iniciar el programa, hace casi 10 años, los niños cuentan cuentos en grupo. Ahora lo están haciendo como artistas independientes pero “siempre con el apoyo de los maestros”, mencionan. “Es distinto contar en grupo donde tienes el apoyo de tus compañeros, pero al estar solo sabes que todo depende de ti”, manifiesta Michael.

Entre sus motivaciones e inspiraciones para ser cuenteros, están sus experiencias y vivencias de niños, sus aficiones y gustos, pero sobre todo la pasión por narrar y ver que el público quede satisfecho y quiera volver.

No se pierdan a estos tres cuenteros que se presentan todos los domingos en el espacio cultural El Altillo. Pueden ver dónde se presentan en la web de Corpo Imaginario.

 

Por: Ma. Alejandra Granja J.

Lcda. en Periodismo Internacional

Máster en Dirección de Comunicación Corporativa

 

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