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¿Cuál es el límite entre la exposición y la fama en los niños de la televisión?

Lo hemos dicho hasta el cansancio, los realities shows llenan los bolsillos de las cadenas televisivas porque al público le fascina ver la miseria humana y reírse a sus costillas. Lamentablemente este abuso a la dignidad se ha expandido de tal manera que ahora los niños son vistos como la nueva mercadería televisiva.

Esto es lo que hizo la cadena TCL con su reality Here Comes Honey Boo Boo (Aquí viene Honey Boo Boo), donde se seguía la vida de una linda niña obesa ex reina de belleza en torneos infantiles, llamada Alana Thomson y de su familia que viven en una localidad rural de USA. Después de 4 temporadas, este 2017, fue sacado del aire, luego de que la madre terminara su matrimonio para retomar un noviazgo con un ex convicto quien en el pasado abusó sexualmente de su hija mayor.

Esta explotación no es solo culpa de la madre, sino del tentador, y con ello nos referimos a la cadena TCL, que aprovechándose de la pobreza y falta de educación de esta familia se lucró de ellos “ridiculizándolos” a nivel nacional. Ahora, declarando que su prioridad es apoyar la salud y bienestar de estos niños, se lava las manos, olvidando que durante 4 temporadas fueron la burla de todo un país; dañando quizás la psiquis de esos pobres niños para siempre.

Esto es un ejemplo de la decadente sociedad en que lamentablemente vivimos. Psicólogos y expertos previenen todo el tiempo a los medios y a los padres, que utilizar a niños muy pequeños como una forma de entretenimiento, difundiendo sus vidas a millones de televidentes y en las redes, pone en grave peligro su desarrollo mental y psicológico; por eso es más que deplorable que los canales promuevan estos realities shows.

En Ecuador, por suerte, tenemos la Ley de Comunicación, pero fuera de aquí el único límite que los canales autoimponen es no llegar al extremo de ser tan grotescos, para así no dañar la imagen del programa evitando la pérdida de sus auspiciantes.

Honey Boo Boo ya no está al aire, pero aún se pueden ver algunos capítulos por YouTube. Es muy penoso observar cómo se burlan de la miseria ajena, y peor aun le restan todo el valor y dignidad a una pequeña niña llena de ingenuidad y belleza; ¿me pregunto cómo llegamos a esto? ¿En qué tipo de seres humanos nos estamos convirtiendo que ahora estos programas nos “entretienen”?

Por: Carla Rossi Flores

Productora de Tv y Cine

Columbia College International

Asociación Mexicana de Cineastas Independientes AMCI

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