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Alguna vez he tenido la oportunidad de hablar sobre la planificación natural de la familia (PNF) con parejas que se preparan para el matrimonio. Al preguntar, a modo de introducción, si creen que la PNF es posible en nuestros días, no pocas veces la respuesta ha sido un no.

Las parejas afirman que abstenerse de tener relaciones sexuales durante varios días al mes es imposible. Otros afirman que esto de “planificar” quita la espontaneidad y romanticismo, ingredientes fundamentales para el crecimiento y solidez de la relación matrimonial. Y otros afirman tajantemente que este método no es eficaz y que uno terminaría llenándose de hijos.

Para romper el hielo en una reunión, alguna vez se me ocurrió plantear la siguiente situación: supongamos que te casas, y en la noche de bodas tu esposa queda embarazada. Regresan del viaje de novios y le comunican a toda la familia la gran noticia. Pasan los primeros días, llega el primer control médico y resulta que las cosas no van tan bien. Es un embarazo de riesgo. Entre las muchas precauciones que deben tomar, la abstinencia sexual durante todo el embarazo es un requisito.

Llega el parto, y por ser un embarazo de riesgo necesitó de una cesárea y además resulta que tu primer hijo tiene reflujo y solo duerme en brazos de mamá los primeros tres meses, a esto le sumamos que “dormir” es un decir, el niño apenas y duerme minutos cada dos horas. Tu esposa está exhausta, ganó varios kilos de más, no se siente muy bien y por supuesto tú, que la ayudas con todo lo concerniente al niño también estás cansado. Haciendo un cálculo aproximado han pasado siquiera 8 meses desde la última vez que tu esposa y tú tuvieron relaciones sexuales.

Este no es un ejemplo poco común. Estamos expuestos a la abstinencia sexual muchas veces en la vida y no tomamos conciencia de eso. Tal vez nos pintan este período como un período de absoluto sufrimiento y miseria (siendo exagerados). Si hacemos el ejercicio de retirar un poco de la mente todas estas ideas de este mundo hipersexualizado, nos daremos cuenta que no se trata de algo imposible, ni de algo inventado. Tal vez para muchos estos meses hayan sido duros pero más por la preocupación sobre la salud de la esposa y del hijo que por la abstinencia misma. La motivación: el bienestar del ser amado.

planificación familiarLa virtud de la castidad, no se trata simplemente de no tener relaciones sexuales cuando se es soltero y tenerlas cuando se es casado. La castidad habla de conocerse a sí mismo y ejercer un señorío propio. Saber que la sexualidad es un don y usada rectamente es una puerta hacia la unión de por vida, fiel y fecunda que constituye el amor conyugal.

Tampoco es real que la PNF no funcione, pero sí requiere de un tiempo para aprender a utilizarla. Muchas veces el desprestigio del método natural consiste en confundirlo con el “método del calendario” o el “método del ritmo”.

La PNF en este sentido es una herramienta muy buena que permite conocerse más como pareja. Porque si ambos la siguen, la pareja deja de convertirse en un objeto de simple deseo y pasa a constituirse en ese alguien a quien amas. Las conversaciones al respecto del tema son frecuentes. La creatividad se ve forzada a salir para construir y disfrutar de los momentos juntos sin contacto sexual y el respeto por el bienestar de la familia se hace concreto.

 

Vía: Catholic-Link

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