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¿Hasta dónde puede llegar la vanidad por “reconstruir” una parte del cuerpo?

 

Botched, que en español significa mal hecho, es un reality show que se transmite por el canal E! Entertainment los lunes y jueves a las 22h00. Este programa narra el trabajo de dos cirujanos plásticos de Estados Unidos que se especializan en reconstruir, arreglar, mejorar y remediar los errores que otras cirugías -estéticas o no- dejaron en sus pacientes.

Un mundo donde el hedonismo es más importante que el espíritu.

El Dr. Terry Dubrow y el Dr. Paul Nassif son excelentes en su rama y su trabajo de reconstrucción es loable. Pero lo perturbador de este show son los casos que, en nombre de la vanidad, se someten a cirugías estéticas absurdas.

Es así, como en cada capítulo se presentan dos pacientes: uno muy normal con pedido de reconstrucción dentro de los parámetros aceptables -ya sea nariz o mama – y el otro paciente (la mayoría mujeres por desgracia), que con algún problema psicológico o hasta psiquiátrico, pide alteraciones en su cuerpo como senos extra grandes, boca de muñeca inflable, cambio de ojos achinados (asiáticos) por ojos anglosajones o cambio de sexo.

Uno de los partipicantes se ha sometido a 132 cirugías para alcanzar un parecido al muñeco Ken.
Uno de los participantes se ha sometido a 132 cirugías para alcanzar un parecido al muñeco Ken.

Luego, arrepentidos por los cambios solicitan reversiones: cara de la muñeca Barbie, cara de tigre y muchas más locuras. Hay casos en que los doctores sí realizan estas extravagantes cirugías. Otras veces, mandan a los pacientes al psicólogo, pero por lo general son descartados de manera profesional explicando al paciente y al televidente por qué razón “médica” su cuerpo no aceptaría la cirugía. 

Los dos doctores del programa no hablan de los principios y valores, todo se reduce a si ellos pueden o no hacer tal o cual cirugía; pero siempre dejan abierta la posibilidad que algún otro cirujano estético -sin ética- podría realizarla aunque se esté arriesgando la vida del paciente.

Recomiendo mucho la serie a adultos y también a jóvenes acompañados por sus padres, para que juntos vean cómo la vanidad se puede volver patológica en un mundo donde el hedonismo es más importante que el espíritu.

 

 

Por Carla Rossi Flores
Productora de Tv y Cine
Columbia College International
Asociación Mexicana de Cineastas Independientes AMCI

 

 

 

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