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enrique granados Por P. Enrique Granados católicos? .
Sodalicio de Vida Cristiana
preguntasfe@revistavive.com

La Biblia, además de ser fundamento de la fe cristiana, es una obra literaria. ¿Cómo debemos leerla los católicos?  E.M.

 

La actitud con la cual debemos leer la Sagrada Escritura es, partiendo de un elemento fundamental: saber que Dios es el autor de ésta y que todas las verdades reveladas por Él se consignan por inspiración del Espíritu Santo. Dios ha inspirado a hombres elegidos por Él, quienes, sin perder su libertad, facultades y talentos -incluso con limitaciones culturales-, han puesto por escrito lo que Él les ha inspirado a través del Espíritu Santo. Así consignaron todo lo que Dios quería. Debe quedar claro que, la fe cristiana no es la “religión del libro”. Nuestra fe es la del Verbo encarnado y vivo. Nosotros creemos en el hijo de Dios hecho hombre. Incluso, toda la Sagrada Escritura apunta hacia esta realidad para que nos encontremos con Jesucristo, el Dios con nosotros. Nos dice Benedicto XVI: “La Escritura ha de ser proclamada, escuchada, leída, acogida y vivida como Palabra de Dios, en el seno de la tradición apostólica de la que no se puede separar” (Verbum Domini #7).

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Por eso en la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza. Porque ahí no recibimos simplemente palabras humanas, sino Divinas. Él sale a nuestro encuentro amorosamente y nos habla. Recordemos que Jesús constituye el corazón de toda la Sagrada Escritura. El objetivo de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim 2,4), es decir al conocimiento de Cristo Jesús (Jn 14,6).

Dice el salmista: “lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Sal 119, 105). La Palabra, que es Jesucristo, es a quien encontramos en la Sagrada Escritura y esta Palabra debemos de asumirla y hacerla la norma de nuestra vida. Son los criterios Evangélicos los que tienen que gobernar y liderar cada vez más nuestras acciones cotidianas y debemos dejar que ilumine todo nuestro ser.

Es bueno recordar que la Sagrada Escritura debe ser leída e interpretada con la ayuda del Espíritu Santo y bajo la guía del Magisterio de la Iglesia, según tres criterios (Ver Catecismo de la Iglesia Católica # 109-119 y 137):

1. Atención al contenido y a la unidad de toda la Escritura

2. Lectura de la Escritura en la tradición viva de la Iglesia.

3. Respeto de la analogía de la fe, es decir, de la cohesión entre las verdades de la fe.

Por último, debe quedar claro entonces que la Sagrada Escritura debe leerse en la Iglesia, en comunión con Ella, y asistidos con el mismo Espíritu con el cual fue escrita. No debe ni puede interpretarse a criterio personal. “El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiada únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él” (Catecismo de la Iglesia # 100). Por eso, recordemos que nuestra relación personal y comunitaria con Dios depende del aumento de nuestra familiaridad con la Palabra Divina. Tengamos siempre presentes las palabras de nuestro Señor: “Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos”(Ap 3,20).

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