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Madres problemáticas que, sin percatarse, están destruyendo la vida de sus hijas adolescentes. 

Al inicio pensé que sería uno de esos shows que venden una realidad ficticia para incrementar el morbo de la audiencia. Pero, luego de varios capítulos me di cuenta de que aunque me moleste, estas situaciones -madre e hija- son reales también en la sociedad ecuatoriana.

Cada capítulo narra diferentes relaciones de madres obsesionadas con “algo” y sus hijas adolescentes: madres encaprichadas con el peso y las dietas, con las cirugías plásticas, el exceso de trabajo, las fiestas y los nuevos novios, las compras compulsivas, etc. Sea cual sea la obsesión, el denominador común es que todas estas mamás son divorciadas o separadas; situación que, al no ser superada, se transforma en terribles obsesiones.

Las hijas de estas madres problema, son jovencitas que viven el abandono y la angustia, ya que les toca asumir el rol de amas de casa y mamás de sus hermanos sin tener la madurez ni la experiencia; por eso es que la mayoría decide irse de casa para vivir con su padre o aún peor, solas.

Lo interesante y triste a la vez, son las discusiones que enfrentan a estas madres e hijas, la desesperación de una madre que se obsesiona con algo para llenar su vacío, y el desencanto y la desilusión de unas hijas que aman profundamente a sus madres, y por eso tratan de aceptarlas como son, sin lograrlo.

Mi Mamá, mi problema visibiliza las víctimas de la “pandemia” del divorcio, que está destruyendo a la sociedad, dañando a nuestras niñas y traumatizando a las madres.

Madres divorciadas y/o solteras son las protagonistas de este programa, que hacen a hijas pasar por momentos difíciles.

Lo único bonito de esta serie, es que siempre (al menos así parece) hay un final feliz, ya que las madres, por más que sean unas locas deschavetadas, siempre son madres y al momento de sentir que sus hijos quieren huir, luchan como fieras para recuperarlos o retenerlos; es así que se someten a terapias y psicólogos para salir de sus obsesiones y enmendar la relación con sus hijas.

Las madres divorciadas y/o solteras son las protagonistas de este programa, todas con diferentes obsesiones que hacen que sus hijas pasen por momentos de tristeza, soledad y falta de amor. Son historias que, lamentablemente, son muy comunes en hogares ecuatorianos a todo nivel socioeconómico. Las familias quebradas por el divorcio, sufren la desazón, olvido paternal y obligan a las madres abandonadas a tomar el liderazgo de un hogar destruido.

Mi Mamá mi problema, es un programa muy recomendable para ser visto por madres e hijas juntas y luego conversarlo. Seguro nuestras adolescentes tendrán mucho que decirnos; no se lo pierdan todos los viernes a las 20h00 por Discovery Home and Health.

 

Por Carla Rossi Flores
Productora de Tv y Cine
Columbia College International
Asociación Mexicana de Cineastas Independientes AMCI

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