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El mindfulness o atención plena, es una rama de la meditación usada en psicología que utiliza técnicas que nace miles de años atrás. En sí, se trata del “arte de estar presente”. Ustedes se preguntarán, “¿por qué un arte?”. Porque estar presente no es nada fácil.

La base de la práctica del mindfulness consiste en permanecer lo más tranquilos posible. Dirigir la atención a la respiración, concentrarse en ella y aceptar cada una de las sensaciones y pensamientos que se nos aparecen. Primero anotándolos mentalmente y luego dejándolos ir, sin aferrarnos a ellos ni juzgarlos.

¿Cómo se lo pone en práctica?

Por ejemplo: llegamos a casa a cenar después de un día de trabajo. La clave está en prestar atención plena a lo que vamos a hacer en ese preciso momento.

  • Toma la decisión de que durante el tiempo de la cena, solo vas a vivir la experiencia de cenar, sin distracciones.
  • Una vez frente a la comida, toma consciencia de qué pensamientos vienen a tu mente que no tienen nada que ver con el acto de cenar y anótalos mentalmente. No trates de rechazarlos ni mantenerlos, acéptalos tal y como se presenten. Se trata de no “enredarnos” en ellos, sino de volver a la consciencia plena del acto de cenar.
  • Céntrate en la experiencia de los sentidos. Orienta la atención hacia los sabores, la textura de lo que comes, la temperatura del ambiente, incluso si te duele la cabeza. No se trata de pensar si hace calor o no, sino de tomar nota mental de la realidad tal cual la perciben nuestros sentidos. Ser conscientes de lo que nos rodea.

“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.”

-Gustave Flaubert-

Esto se puede aplicar en cualquier práctica de la vida diaria. Cuando te bañes, cocines, manejes, estés en el trabajo, etc.

Mindfulness en todo momento

Muchos estarán preguntándose que para qué alguien necesitaría concentrarse tanto en su cena. Pues bien, las habilidades se deben aprender primero en los contextos más sencillos para luego pasar a los que más nos cuestan. Una vez hayamos practicado y se nos haga un hábito en situaciones cotidianas lo podremos aplicar a situaciones mas desafiantes. Sin que estas nos afecten de manera negativa. Por ejemplo, cuando estamos atascados en un tráfico, cuando tenemos un problema con alguien del trabajo; o cuando no estamos de acuerdo con la opinión del otro, hasta en un evento social incómodo, etc.

El mindfulness nos ayuda a mejorar la capacidad de lidiar con los problemas más comunes del siglo XXI: el estrés, la ansiedad y la depresión. El objetivo está en abrazar la vida tal cual es. Aceptar tanto lo bueno como lo malo, de manera que esta aceptación nos libere de tensiones y así nos acerque a un estado de calma.

Por: Psic. Cl. María José Barredo S.                                                                       Master en Cuidados Paliativos y Psicoterapia                                 mjosebarredo@gmail.com

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