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El Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera, comparte algunos lineamientos para preparar nuestro corazón hacia la Navidad.

 

Monseñor, ¿cómo vivir un espíritu de recogimiento en los días previos a la Navidad en medio del ruido de esta época?

Viviendo tres puntos importantes:

  1. Espiritualidad: para encontrarnos con ese Dios cercano, encarnado, un Dios que viene a contrarrestar las luces, el espectáculo que hacen que olvidemos al dueño de la fiesta. Eso es clave, tener presente al verdadero invitado de la fiesta, que es Jesús.
  2. Familia: escuchándonos, mirándonos, teniendo cerca a nuestros seres querido en este tiempo. ¡Busquemos vivir realmente un ambiente de familia!
  3. Solidaridad: buscando ir más allá de nosotros. Estas ayudas que se organizan en Navidad son buenas.
¿Por qué esta solidaridad, que usted menciona, se nos llama a vivirla en diciembre?

No podemos tener todo listo y celebrar sin el dueño de la fiesta. Porque el que viene en Navidad es un Dios solidario. Lo uno lleva a lo otro. Pero esto no debe ser un paréntesis en la vida que solo se despierte en este mes. Debe ser un “estilo de vida” que siempre piense más allá de mí y de mi familia, que permanezca.

¿Por qué la Navidad se ha materializado y nos hemos olvidado del verdadero motivo de esta celebración?

En Navidad se dan momentos de compartir, de intercambiar regalos. No está mal nada de esto, pero lo que hay que hacer es priorizar: primero lo espiritual, segundo la familia, tercero la solidaridad, cuarto los recursos económicos. Todo esto hay que armonizar, verlo desde una visión integral. Está bien preparar la casa, la mesa los regalos, pero no podemos tener todo listo y celebrar sin el dueño de la fiesta.

¿Cómo podemos llegar en familia con el corazón abierto a la Navidad?

Aprovechando el Adviento, un tiempo que nos permite prepararnos para esa espera. Pero también hay varios elementos del mundo católico que nos ayudan en esta época y que debemos recuperarlos. El pesebre nos trae la memoria de la presencia de Jesús, el árbol y una tarjeta no. Un pesebre en casa mantiene viva la memoria de quien viene por nosotros en Navidad. El rezo de las novenas también es algo que debemos rescatar. Tener imágenes de la Virgen María embarazada evocan muy bien de manera gráfica lo que va a suceder en Navidad. Son medios que nos permiten redescubrir el sentido de esta época.

 

Por: María José Tinoco

Editora

mtinoco@revistavive.com

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