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Una tarde leyendo varios artículos me encontré con algo que me impactó. Era una historia donde un padre se mostraba arrepentido por no haber estado en cada paso que su hijo daba. La relación estaba lastimada y su hogar comenzó a destruirse. El padre expresó: “Yo quería más tiempo, tiempo para decirle a mi hijo que yo lo amo más que a cualquier cosa, motivarlo y decirle: levántate, lo conseguirás; tiempo para entenderlo mejor, escuchar sus opiniones, responder sus inquietudes, para poder hablar con él, para decirle lo siento mucho”.

Si esta también es tu realidad, estás a tiempo de poner un alto. No estoy hablando necesariamente de disminuir tu carga laboral, me refiero en primer lugar a establecer prioridades y saber que si tienes una familia a ellos te debes, considerando que en algunas ocasiones tienes que incluso sacrificar gustos personales. Lo que siembras cosechas y tu hijo te está observando todo el tiempo. A pesar de no siempre expresarlo, está formando una imagen de ti y  seguramente tú quieres dejar una huella positiva en su vida.

papa divertido jugando con hijo

Haz un paréntesis, cierra tus ojos e imagínate: ¿cómo quisieras que ese pequeño se relacione contigo a futuro, cómo te gustaría que se exprese de ti? ¿lo observas cariñoso, agradecido, te dedica tiempo? Los años pasan y seguramente se mostrará recíproco en la medida de lo que tú le enseñaste con tu ejemplo y con tu entrega incondicional.

“Los hijos necesitan muy poco, pero lo poco que necesitan lo necesitan mucho”. Harold Kushner

Hay dos caras en la moneda. Por un lado, padres de familia que están presentes físicamente en casa durante varias horas al día, pero aquel detalle no ha garantizado la calidad de la relación entre los miembros de la familia. Y por otro lado, aquellos padres que sin tener mucho tiempo para compartir con los seres que más aman, saben administrarlo sabiamente. Ahí es cuando uno dice la frase típica: “me le saco el sombrero”.

Decisión es una palabra clave en este artículo. Este es un reto que vale la pena tomar y enfrentarlo. Es un grave error conocer algo y no actuar, así que manos a la obra. La estabilidad emocional y psicológica de tus hijos está en tus manos. Ellos son diamantes y dependiendo de cómo se lo vaya puliendo, va a determinar su brillo natural. 

 

valeria zamora

Por Valeria Zamora

Psicóloga Clínica

vale_psc@hotmail.com

 

 

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