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La entrega y dedicación de Roxana han conseguido grandes avances en su hijo Jack.

Soy mamá de un niño de 5 años de edad. Cerca de cumplir los 3 años, empezó a manifestar conductas propias del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH); mi esposo y yo tuvimos que organizarnos para poder ayudarlo.

Familia de Roxana
Roxana Smith y Antonio Barco asumieron un compromiso como padres, que nace del amor y que se manifiesta en la entrega y dedicación para buscar la felicidad de su hijo Jack Antonio Barco Smith.

Antes que nada, me informé sobre lo que es el TDAH. Un Neuropediatra me dio alcances importantes, y a pesar de que no tiene un diagnóstico definitivo aún, porque es pequeño, ya puedo ver muchos logros.

Los niños, desde pequeños, deben tener normas en casa y desarrollar hábitos; esto es de gran ayuda pues los disciplina y regula su conducta. Pero los padres de niños con TDAH, o conductas similares, deben diferenciar los comportamientos propios de este trastorno de las actitudes indebidas, para que cada una las pueda abordar de diferente manera.

Armar un plan

Con todos los datos que obtuve decidí armar un “plancito” para lle arlo a cabo en casa con nuestro hijo. Decidí buscar un trabajo que me permitiera estar la mayor parte del día con él. Un hijo en formación y sobre todo con sus características necesita una dedicación especial.

Esto fue lo que hice:

• Armé un horario con figuras de las actividades diarias que debe cumplir. Todos los días, mira su horario y sabe qué actividad le toca realizar. Esto lo ordena y lo habitúa en una rutina cotidiana.

• Busqué un lugar para que realice sus tareas escolares, lejos de todo estímulo que lo distraiga o altere.

• Lo matriculé en clases de fútbol, no solo para que libere energía, sino también para que lo ayude con el seguimiento de instrucciones y regule su atención.

• Le he dado responsabilidades en casa, como guardar sus juguetes, tender su cama -no importa que la tienda mal, lo que importa es que gane el hábito- y darle de comer a nuestro perrito.

• Armé un cartel motivador con figuras de lo que quería lograr en él:

• Que mire a los ojos cuando recibe una indicación.

• Que verbalice lo que se le pide.

• Que realice la indicación en ese momento.

Cada vez que mi hijo logra esto, pego un sticker al lado de la figura y recibe un premio cuando acumula 7 stickers. Este cartel lo modifico con las cosas que quiero ir logrando con él cada quincena según vea el avance. Si después es necesario volver al antiguo cartel, hay que hacerlo.

Es importante entender que es natural que los niños con estas características desplieguen mucha energía a lo largo del día, también es usual que no puedan esperar su turno e interrumpan constantemente, que no terminen de hacer lo que empezaron, que no obedezcan porque no escucharon, que necesiten que se les repita las indicaciones y que se les vea muy atolondrados siempre. Esto hay que trabajarlo con paciencia, hacérselo ver en el momento, relajarlo para que pueda esperar, regresar a donde se quedó hasta que termine lo que empezó, pedirle que mire a los ojos para darle una indicación, calmarlo para luego conversar.

Hay que abrazarlo con todas las fuerzas cada vez que logra manejar estas situaciones. Premiarlo con algo especial. Esto debe ser repetitivo y constante.

Lo que sí debemos hacer es corregir cuando tienen comportamientos indebidos como por ejemplo: tirar cosas, escupir, patear, treparse a lugares que ponen en riesgo su seguridad, empujar, jalonear. Estas actitudes no son propias del TDAH y no debemos atribuirle todo al trastorno. Para esto, los padres deben ser consecuentes y firmes cuando manifiestan este tipo de conductas.

Por Roxana de Barco

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