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Generalmente los padres tienden a complacer en todo a sus hijos, incluyendo la forma en cómo se alimentan, siendo este un error que perjudica la salud de sus niños.

 

Si nuestro hijo está gordo u obeso, ¿es culpa nuestra? La mayoría de los médicos opinan que sí. Eso ha confirmado una reciente encuesta realizada por SERMO, la red social número 1 en el mundo para médicos, que ha hecho públicos algunos de los resultados obtenidos en sus estudios internos, realizados entre los miembros de su red social. Este informe destaca que el 51 por ciento de los médicos españoles considera que los padres son los principales culpables de la obesidad de sus hijos en edad infantil.

El resultado de la encuesta es preocupante, ya que el 55 por ciento de los médicos consideran que los padres son completamente responsables de la obesidad infantil de sus hijos, mientras que un 44 por ciento considera que son medianamente responsables. Ninguno de los médicos encuestados ha contestado que los padres no son responsables en ninguna medida, algo que denota la evidente preocupación que tienen los médicos a la hora de enfrentarse a este problema. 

Niño obeso: ¿culpa de los padres?

Resulta habitual pasar por la puerta de un colegio a las cinco de la tarde y ver a un niño comiéndose un bollo de chocolate al lado de su madre. Bien sabemos que hay que tener mucho cuidado con la alimentación de los niños. Y es que el papel de papá y mamá en la prevención de la obesidad de sus hijos es fundamental.

Un niño gordito no es sinónimo de salud y de plenitud de vida, sino de enfermedades de corazón, vasculares, diabetes, síndrome metabólico o cáncer. Más vale prevenir y ser prudentes con los alimentos que, a pesar de ser deliciosos, pueden resultar nocivos para su salud.

Desde SERMO, algunos pediatras quieren dejar claro que «los padres tienen que asumir parte de la responsabilidad y la culpa. Como padres, tenemos que dar ejemplo y promover dentro de nuestras familias una alimentación y hábitos de vida saludables. Sin embargo, los niños se ven acosados por todas partes por otros factores, como el acceso a alimentos baratos y de alto nivel calórico, anuncios ostentosos, exceso de uso de pantallas y entretenimiento a través de vídeos, así como almuerzos escolares con un bajo valor nutricional, entre otros».

Cómo educar en nutrición a los niños para evitar la obesidad infantil

Diversos estudios aseguran que la obesidad es más un resultado de la dieta que del ejercicio, es decir, una alimentación variada, sana, nutritiva y, sobre todo, equilibrada, durante la semana resulta importantísima para el saludable crecimiento de los niños. Esto no quiere decir que los dulces y las golosinas estén prohibidos en la alimentación de cualquier niño, pero estos alimentos no deben consumirse de manera habitual. Además, debemos enseñar a nuestros hijos a auto controlarse, también en las comidas porque los excesos no son buenos e ingerir más calorías de las necesarias al día puede conducir al sobrepeso y a la obesidad.

Aunque en algunos casos el exceso de peso infantil forma parte de la genética, en la mayoría de los casos la etiología de la obesidad infantil es ambiental. El componente más importante para evitar la obesidad infantil es el control parental.

La obesidad infantil, una amenaza grave para la OMS

Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad infantil es una de las amenazas más graves para la salud pública del siglo XXI, ya que pone a los niños en una situación de riesgo grave para desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, asma o insuficiencia cardíaca. 

Actualmente, los datos de la OMS aseguran que, en todo el mundo, el número de lactantes y niños pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 42 millones en 2013.

Además, en los países con economías emergentes, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30 por ciento.

De cara al futuro, si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025. Sin intervención, los lactantes y los niños pequeños obesos se mantendrán obesos durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta. En este sentido, la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad es importante para evitar que los lactantes se conviertan en obesos.

 

Vía: hacerfamilia.com

 

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