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Este cineasta español nos regala una historia de amor y perdón, con un tema histórico pero actual: la persecución religiosa. 

Con apenas 31 años, tiene su propia productora y ha recibido por su última producción, “Un Dios Prohibido”, el premio a la Mejor Película en el V Festival Internacional de Cine Católico “Mirabile Dictu”, considerados los Oscar del cine católico.  La película narra la historia de los 51 miembros de la comunidad claretiana de Barbastro que fueron martirizados en el inicio de la guerra civil española.  ”Un Dios Prohibido” se estrenará en los  cines  de Guayaquil y Quito el 14 de noviembre.

Pablo, tienes formación en educación infantil, ¿cómo diste el paso hacia la dirección de cine?

Desde muy pequeño tuve la vocación cinematográfica, pero también me ha gustado siempre el magisterio; por casualidades de la vida pude estudiar magisterio como primera opción y esa experiencia te llena a nivel humano y profesional. Pienso que el cine tiene un gran componente educativo, es decir, que se puede seguir educando a la vez que se hace arte. Desde mi compañía Contracorriente Producciones, entendemos este carácter sinérgico, belleza, buenas historias, educación no están reñidas; es más, deberían estar presentes en el cine.

¿Cómo nace Contracorriente? 

Para conocer el nacimiento de Contracorriente Producciones hay que remontarse hasta el año 1993, cuando un sacerdote, Juan Carlos Sánchez, de Ciudad Rodrigo, en la provincia española de Salamanca, decidió crear un grupo de jóvenes diocesano. A lo largo de todos esos años muchos jóvenes integramos ese grupo, se nos inculcaba el amor por la tierra, el trabajo por hacer del mundo un lugar mejor, y se nos animaba a caminar en la búsqueda de las fuentes de la vida. De ese grupo surgimos varios profesionales que decidimos dedicar nuestras vidas y nuestros trabajos a estos fines. De ahí en octubre del 2004, surge la idea de montar una productora audiovisual, que no se consolidará hasta febrero del año 2006.   “Jesús, el peregrino de la luz” fue nuestra primera película, un film sencillo que aborda la figura de Nuestro Señor Jesucristo desde la perspectiva del teatro sacro popular, con actores amateurs, casi nada de presupuesto pero mucha ilusión. Después de esta experiencia tan bonita, continuamos en el año 2007 con la película “Talitá Kum”.  Esta fue mi opera prima, la película se centraba en el milagro de la resurrección de la hija de Jairo, el jefe de la sinagoga de Cafarnaum. La experiencia del rodaje fue impresionante para todo el equipo, es en este momento donde nace el concepto, con esta película comenzamos a definirnos. En el año 2009 llegó la película “Pablo de Tarso, el último viaje” realizada junto con la editorial San Pablo y en 2012 rodamos la que es nuestra mayor producción hasta la fecha: “Un Dios prohibido”. Entre tanto, hemos rodado decenas de cortometrajes y documentales, muchos de ellos pueden verse en nuestro canal de Youtube.

¿Qué tipo de cine vienen haciendo?

Aunque en la práctica tocamos diversas temáticas, nuestro cine es, por definición, un cine comprometido. Hacemos mucho cine de valores, cine histórico, espiritual y religioso, creemos que en un mundo donde la gente está permanentemente en búsqueda, sedienta, hay que ofrecer alternativas que remuevan los corazones y hagan pensar y plantearse ciertas preguntas.

¿Háblanos de Un Dios Prohibido, por qué el título y de qué trata?

Es una película distinta en muchos aspectos a lo que nosotros, desde España, estamos acostumbrados a ver. El título encierra ya cierta controversia, y nos parecía que podía ser muy interesante, ya que prohibir a Dios es imposible, un gobierno puede prohibir muchas cosas pero no puede prohibir que la gente Un Dios prohibidorespire aire, no puede prohibir que la gente sueñe, al igual que no se puede prohibir a Dios, el corazón es siempre libre y no se pueden condicionar sus latidos. La historia de Un Dios   prohibido se remonta al año 1936 durante la pre-guerra civil Española, es un momento de caos y barbarie donde en muchos lugares triunfó la violencia por encima de la razón. En Barbastro, una pequeña ciudad de Huesca al norte de España, un grupo de violentos asesinó a casi toda la población religiosa del lugar, en esta historia nos centramos en los 51 miembros del seminario claretiano del lugar, jóvenes de entre 19 y venti pocos años, y aunque hubo quienes dentro de las instituciones intentaron defender la vida de estos jóvenes, finalmente los violentos se impusieron, cerrando así uno de los capítulos más tristes de la historia de esa guerra calificada por el literato y pensador D. Miguel de Unamuno como una guerra Incivil. Pero la historia no se centra en aspectos políticos, ese es el telón de fondo, la historia importante está en la decisión de un grupo de jóvenes que deciden permanecer coherentes a sus creencias, es una historia de amor, de un amor que lo trasciende todo que no puede terminar de otra manera que no sea a través de perdón. Estas son las claves de la película, amor y perdón.

¿Por qué este tema?

Tiene mucha fuerza y esta, la historia de los Mártires Claretianos, es una historia que debía contarse. Ahora, por desgracia, el tema tiene cierta actualidad, cada día llegan noticias de persecuciones religiosas, en distintos lugares del mundo por cuestiones parecidas, grupos que quieren imponer sus ideas a los demás, sin respetar las creencias de los otros.

Por Sonia Ma. Crespo de Illingworth
Directora

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