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Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero ¿la forma en que los preparamos para su partido más importante es la correcta?

Una tarde del sábado saltando de canal en canal vi el programa Dance Moms, el cual con un formato de reality show transmite la vida de una escuela de baile y su entorno: la directora, las bailarinas y sobre todo sus madres (de ahí su nombre) las cuales opinan, se quejan, critican, en fin, arman el show.

Al ver semejante ridiculez no sabía si reírme, enojarme o indignarme de lo que veía, terminé apagando la tele, tomé mi libro y me puse a leer.

Pasaron los días y empezaron los campeonatos de fútbol de mis hijos (soy una orgullosa mami de hombres competitivos, alborotados y deportistas). Para mí y para mi esposo, al igual que muchos padres, es importante que nuestros hijos practiquen algún deporte así hayan escogido macateta. Esta práctica los ayuda a seguir reglas, relacionarse con sus pares, frena sus impulsos excesivos, coordina movimientos, favorece el crecimiento de sus huesos y músculos. En los deportes grupales, sobre todo, aprenden a colaborar por encima del individualismo y lo hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él.

Los soccer dads

En las canchas me topé con los soccer dads, tal cual las dance moms, indicación que daba el técnico a grito pelado le dicen a sus hijos que es lo que deben hacer quitando la autoridad a su entrenador; sacan a su  hijo de la cancha por el motivo que fuera, van a reclamar por haber sacado al mismísimo Messi del partido de turno; si un niño en una jugada hace caer a su hijo van y le dicen al papá “enséñale a tu hijo a jugar limpio” (por favor un niño de 6 años va a divertirse y tratar de que su equipo gane no va con la intención de malograr al rival).

Los chicos más grandes escogen a uno de ellos o a un papá que sea el DT y son capaces de llamar al DT a cuestionar todo, amenazar que sacan a su hijo del equipo y cuando los ánimos están caldeados uno puede presenciar la pelea del barrio (lease puñete, insultos) entre padres, padres – entrenadores, padres – árbitro. Lo que me deja atónita es que esto lo hacen frente a sus hijos y los organizadores de los campeonatos en algunas ocasiones se hacen de la vista gorda, otorgan medallas y premios a los involucrados.

¿Qué tipo de soccer dad eres?

Este tipo de papá ahora es muy común verlo y algunos con orgullo se jactan de serlo. También están los otros papás, los que cada vez son más raros, los que le llaman la atención a su hijo cuando no hacen caso a las indicaciones del profesor, los que enseñan a sus hijos a dar la mano al rival así hayan perdido, levantan al rival caído luego de una jugada brusca y consuelan al jugador del otro equipo que no pasó a la final.

Naturalmente como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, queremos que sean felices y que sobre salgan del resto. Lograr esto es un trabajo arduo y hay que entrenarlos para alcanzar esta meta, con entrenarlos no me refiero a quitarles todos los obstáculos que se le puedan presentar, sino más bien que los reconozca, pueda enfrentarlos y si se cae pues tiene que aprender a levantarse mil unas veces. Con este tipo de entrenamiento les aseguro que van a estar listos para jugar el partido más importante… la vida.

Por: Ingrid Abad de Pedrazzoli

Mg. Desarrollo de la Inteligencia y Educación

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