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La presencia física y el involucramiento emocional del padre con sus hijos son necesarios para cubrir en ellos la necesidad de aprobación y afecto que fortalecerá la identidad de los hijos.

El deseo principal de los niños es que sus padres “estén menos estresados, irritados y cansados”. Esta fue una de las conclusiones del estudio diseñado para conocer la opinión de los niños, referente a la ausencia de sus padres en casa, realizado por el Instituto para la Familia y el Trabajo de Nueva York, con más de 1.000 hijos, de entre ocho y 18 años, y sus padres.

Sin embargo, llegar a casa antes de que caiga el sol es, para muchos papás, una utopía en estos días. El tráfico, la vida acelerada, las grandes cargas de trabajo y el estrés, son algunos de los factores que no permiten a muchos compartir con sus hijos durante la semana, e incluso los fines de semana. Y peor aún en el caso de quienes no viven con sus hijos.

La pregunta que planteamos a los expertos es: ¿Qué tanto puede influir esta ausencia del padre en nuestros pequeños?

Según el orientador familiar Carlos Santoro, No debemos generalizar las cosas. Es importante considerar también que hay muchos aspectos que pueden afectar a los hijos en hogares con padres ausentes y es diferente si es niño o niña”. Cuando existe ausencia del padre, Santoro asegura que “depende mucho del tipo de formación que haya recibido el hijo en el hogar, pues ésta pudo haber sido sesgada contra el padre”.

Por su parte, el psicoterapeuta Sergio Paz, afirma que en los hijos con padres ausentes “puede verse desde una marcada timidez, baja autoestima y desordenes depresivos; hasta chicos con problemas para respetar los límites y jerarquías familiares que terminan en abuso de drogas, pandillas y trastornos de conducta”.

Ciertas patologías o conductas pueden estar directamente relacionadas con la ausencia del padre, pero los expertos concuerdan en que los casos deben ser tratados personalmente, ya que varían según los involucrados.

Además de la ausencia física, los hijos experimentan una ausencia emocional que los afecta inconscientemente. “Es la más dañina por cuanto el problema de fondo es la pérdida de un vínculo, una base segura que satisfaga la necesidad universal de atención, aprobación y afecto que posibilite la percepción de una identidad fuerte, segura y confiada”, resalta Paz.

Papá dentro del sistema familiar

El papá, según el orientador Santoro, “representa el orden, la ley, la seguridad, el esfuerzo y la exigencia en todos los ámbitos de la vida. Es un mediador también en las propias relaciones familiares. Los hijos buscan en el padre atención y aprobación. Y en hogares creyentes es figura de Dios Padre”. El Dr. Paz agrega que “una de las tareas principales del padre es reflejar y afirmar la masculinidad de su hijo y ser un ejemplo a imitar”.

Cuando se da el caso de que la crianza recae solo en figuras femeninas, los psicólogos hacen énfasis en que el modelo de padre, si no es reemplazado correctamente, es un vacío que generará conductas inapropiadas en el futuro. “Una madre que no permite que el papá intervenga en la educación de los hijos está impidiendo que crezcan con la capacidad de tener una identificación masculina necesaria, tanto como para un niño o una niña”.

Para hacer que un padre regrese a su hogar, los expertos coinciden en que deben ser admirados y valorados, así sea en pequeñas cosas o logros. Es una realidad cada vez mayor, que la forma de vida actual, como la falta de prioridades, el fanatismo por el trabajo y el consumismo, la separación de las parejas, los divorcios o los “padres presentes – ausentes” hace que tengamos que pensar en estrategias para que los papás “regresen al hogar”. “Estoy seguro de que papás amados y valorados por sus parejas fortalecerían mucho más su rol dentro de casa”, finaliza Santoro.

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