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Recordar la propia etapa de la adolescencia permite a los padres comprender ciertas actitudes de sus hijos.

 

El adolescente vive una etapa de intensos cambios físicos y mentales. Muchos padres temen, incluso, que este ciclo represente un quiebre en la vida de sus hijos, porque a esto se le suma los riesgos a los que están expuestos hoy en día: drogas, pornografía, embarazos precoces, alcoholismo, anorexia, entre otros.

¿Cómo un padre puede enfrentar esta etapa junto a sus hijos? Sobre este tema, Andrea Saporiti, psicóloga argentina que visitará Guayaquil en septiembre para dictar el diplomado “Adolescencia en el Siglo XXI”, organizado por el Instituto de Matrimonio y Familia (IMF), nos comenta un poco.

 

1. Andrea, muchos padres sienten que se viene lo peor cuando sus hijos llegan a la adolescencia, ¿esto es cierto?

La adolescencia es una etapa que tiene un inicio y un final. Cada adolescente atraviesa la adolescencia de una manera diferente. Es un camino hacia la madurez emocional, pero lleva su tiempo. Es importante como padres desarrollar paciencia y acompañar. Es una etapa donde comienza una nueva forma de diálogo y muchas situaciones para compartir. Creo que como adultos tenemos que cambiar la mirada hacia la adolescencia, porque es una etapa llena de aspectos positivos que no siempre se rescatan. ¡No tengan miedo!

 

2. Muchos chicos ponen una barrera cuando sus papás intentan hablar sobre embarazos precoces, drogas o alcohol, ¿cómo lograr una comunicación efectiva?

Muchos adolescentes se exponen a situaciones de riesgo creyendo que a ellos esto no les va afectar.

Es importante recordar que el vínculo con un hijo comienza mucho antes de la adolescencia, pero en este tiempo hay que saber que el adolescente es en general monosilábico, le cuesta hablar cara a cara, y cree dos cosas: que lo sabe todo y que nada grave le va a suceder. Por lo tanto, es clave desarrollar diferentes modos de abordar las situaciones. Por ejemplo: aprovechar alguna noticia y empezar preguntando cuál es su opinión o qué les parece. Otro ejemplo es cuando vamos en el auto. Este es un lugar donde no estamos cara a cara, nadie se puede ir y permite la comunicación verbal.

 

3. Hoy tenemos un exceso de información a un clic de distancia, ¿qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a seleccionar la información correcta?

Para nuestros hijos la web forma parte de su vida, no conocen cómo es la vida sin internet. Esto plantea un profundo desafío para los padres que son inmigrantes digitales, porque muchas veces se encuentran en situaciones que desconocen. Pero hay un punto que tenemos que tener en cuenta: el exceso de información genera mala información. Es aquí donde como padres tenemos que participar enseñando a discernir, a tener una mirada crítica sobre lo que la web nos ofrece, estar atentos, abrir el diálogo y fundamentalmente acompañar. Los invito a interiorizarse en el manejo de las redes para conocer los códigos y trabajar la confianza en el vínculo. 

 

  1. Si la adolescencia siempre fue una etapa un poco “conflictiva”, ahora con estos riesgos que hay en el mundo, ¿se puede ser adolescente en el siglo XXI sin morir en el intento?

Sí, por supuesto. La adolescencia es una etapa dentro del desarrollo vital y cada momento histórico ha tenido sus “riesgos”, quizá la diferencia en estos tiempos es la velocidad con la que suceden los acontecimientos y la simultaneidad de hechos. Creo que el desafío es más para los adultos/padres que para los adolescentes.

 

5. ¿Cómo un papá puede entender que su hijo, no todos, se exponga a situaciones de riesgo?

La adolescencia es un camino hacia la madurez emocional, en este sentido es un proceso que lleva su tiempo. Los cambios físicos, emocionales y mentales no se dan en forma sincrónica. Es por ese motivo que muchos adolescentes se exponen a situaciones de riesgo creyendo que a ellos esto no les va afectar. Es un momento donde la omnipotencia juega un rol fundamental. Ayudarlos a conectarse y comprender sus sentimientos y emociones les permite comenzar a conocerse. Los padres deben comprender y acompañar este proceso, aunque muchas reacciones hacia ellos los descoloque.

 

6. ¿Qué recomiendas a los papás que tienen hijos que están en medio de estas situaciones de riesgo?

Primero que nada les diría que no se asusten, que hablen con sus hijos, pero también que se asesoren en el tema, que consulten, que pidan ayuda y sobre todo que actúen desde el afecto. Generalmente en estas situaciones los hijos se cierran y no escuchan. Es importante no criticarlos ni juzgarlos, pero sí ser firme, acompañando desde una distancia prudencial: ni muy cerca que los pueden agobiar ni tan lejos que los pueden perder. 

 

 

Por: María José Tinoco
Editora
mtinoco@revistavive.com

 

 

 

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