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La primavera que vive la Iglesia con Bergoglio se traslada ahora a la escuela. El Episcopado español ha preparado materiales para Secundaria que la Santa Sede distribuirá en cinco idiomas.

El sexo ya no es tabú en clase de religión. Con Francisco ya pocos temas lo son. La primavera que vive la Iglesia con Bergoglio se traslada ahora a la escuela, donde en los próximos meses los docentes de todo el mundo podrán disponer de unas unidades didácticas de educación afectivo-sexual para educar a los menores, de entre 11 y 16 años, bajo el paraguas de los valores cristianos.

Los profesores lo demandaban y en “El lugar de Encuentro. La aventura del amor” tienen la respuesta, elaborada y redactada por un grupo de diez personas, a petición de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

El texto, original en español está en poder del Pontificio Consejo para la Familia, que se está encargando de traducirlo en otras lenguas.

“El texto está prácticamente finiquitado en inglés, avanzado en francés, y con mas lentitud en italiano y portugués”, según confirma a este semanario el subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia, Carlos Simón Vázquez.

No obstante, “la idea es poner estas buenas prácticas en circulación cuanto antes. Esperamos poder subir a nuestro sitio web las guías para que estén accesibles en todos los idiomas en los primeros meses del año”, indica el sacerdote español.

Al mismo tiempo, Simón destaca el buen hacer de la subcomisión capitaneada por Mario Iceta, obispo de Bilbao, y agradece, en nombre del presidente del Consejo, Vincenzo Paglia, la cesión de los materiales que permitirán que, por primera vez, la educación sexual forme parte de la clase de Religión a escala global. Estas unidades llegaron a Roma debido a que la CEE prefirió que fuera la Santa Sede quien diera el visto bueno definitivo, según ha podido saber esta revista.

Educación sexual con valores cristianos

Las unidades didácticas de educación afectivo-sexual son el resultado de cinco años de trabajo para ayudar a “los adolescentes y jóvenes a comprender la lógica del amor que se encierra en ellos, a desarrollar capacidades, habilidades, competencias, hábitos y virtudes que constituyen la gramática de amor de modo que puedan realizar la belleza y bondad de la vocación al amor inscrita en sus corazones”, como reza el prólogo de las guías, escrito por el prelado vasco.

Concretamente, en 2010 se vio la necesidad de elaborar una guía, puesto que en muchas comunidades autónomas –al estar transferidas las competencias en materia educativa– los encargados de formar a los alumnos en sexualidad son colectivos LGTBI (Lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales), como es el caso de Andalucía. Incluso existían ya unas unidades en este sentido elaboradas por el Área de Asuntos Religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays Transexuales y Bisexuales.

Ante este documento y el denominado Estándares de Educación Sexual en Europa, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) –que recomienda que los menores con edades comprendidas entre 9 y 15 años conozcan la masturbación, las diferentes sexualidades y el uso de métodos anticonceptivos– la Subcomisión de Familia y Vida creyó conveniente elaborar unas guías que sirvieran de referencia.

¿Por qué es importante contar con estas unidades?

“Es necesario tener un material conforme a la verdad del hombre, que sirva de ayuda en la formación integral de la persona a docentes, catequistas, agentes de pastoral familiar y, en primer lugar, a los padres. Ante la denominada deconstrucción del sujeto humano, manifestada en la degradación y debilitamiento de las relaciones humanas –disminución del número de matrimonios, incremento de rupturas, separaciones y divorcios– y la insatisfacción y dificultad de vivir con alegría, naturalidad y esperanza en numerosos casos la sexualidad y la vida afectiva, es importante colaborar en la formación sobre los fundamentos de la sexualidad y su relación con la vida afectiva y la vocación universal al amor que forma parte del plan de Dios para el hombre”, indica Fernando Herrera, subsecretario de la Subcomisión de Familia y Vida.

Al mismo tiempo, señala que no se trata de que los jóvenes de ESO estudien doctrina, “solo pequeños conceptos adaptados a la clase de Religión, que se han elaborado de una forma amena”.

 

Vía: Aleteia

 

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