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Los quejumbrosos no avanzan. Los demás enfrentan la vida.

Entrevista al psicólogo Salvo Noé, quien le regaló al Papa un letrero poco convencional que ha colgado en la puerta de su habitación de Casa de Santa Marta (donde vive en el Vaticano) y que alerta a quien atraviesa su puerta: “Prohibido quejarse”.

A esta frase le sigue una explicación “los transgresores son sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del tono del humor y de la capacidad para resolver problemas”.

Más adelante añade: “la sanción es doble si la violación es cometida ante la presencia de niños. Para volverse el mejor de uno mismo hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites, por lo tanto: deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida”, finaliza el texto.

¿El origen? Salvo Noé, psicólogo, psicoterapeuta y mediador familiar, italiano, le regaló el letrero al Pontífice el 14 de junio de 2017 en la Plaza de San Pedro junto a un folleto que explicaba su trabajo de años para indicar que todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene consecuencias.

Quejarse o no quejarse…

¿Por qué recomienda dejar de quejarse?

Debido a que las quejas nos impiden encontrar una solución, nos hacen dispersar la energía, generan un estado de ánimo negativo e influyen las relaciones interpersonales.

¿Por qué nos quejamos?

Porque estamos acostumbrados a hacerlo, porque no estamos satisfechos con nuestra vida y porque es un mecanismo efectivo para manipular a los demás. Hay toda una cultura que apoya este hábito. Quizás nuestros padres también nos enseñaron a quejarnos, tal vez porque a menudo ellos lo hacían.

¿Todos se lamentan?

No, hay un porcentaje de personas que, a pesar de tener razones válidas, deciden enfrentar las dificultades desarrollando habilidades emocionales y técnicas y, por lo tanto, habilidades para resolver problemas.

¿Las personas notan que son presas de este hábito?

No todos, a veces es tan habitual hacerlo que uno no se da cuenta de la parálisis egocéntrica de la que uno es víctima. Incluso alguien puede decir: ‘¿Qué puedo hacer si yo soy así!’

¿Siempre es malo quejarse?

Pueden haber momentos de dificultad, de dolor, que pueden inducir a una persona a tener un tono descendente y también a sentir enojo: en ese caso no hablamos de quejarse, sino de una reacción a algo que nos ha lastimado. Podemos definirlo como un estallido momentáneo que siempre está dirigido hacia una solución.

¿Por qué quien juzga a un hermano está equivocado?

Cuando el juicio es destructivo, tendemos a devaluar al otro con la intención de hacerlo sentir culpable o equivocado. Esto induce un clima en las relaciones negativo que puede conducir a conflictos y mecanismos ansiosos y depresivos.

¿Cómo se puede revertir esto de una manera positiva y esperanzadora?

Activando el juicio constructivo que tiende a ayudar al otro, diciendo cómo puede mejorar ese comportamiento o ese rendimiento, respetando su identidad.

El Papa nos invita a no mirarnos demasiado al espejo, sino a mirarnos dentro.

¿Cómo juegan el narcisismo y la vanidad contra la felicidad de la persona? 

La verdadera belleza es la interior, el narcisismo es un giro negativo y egoísta que conduce a la fealdad de las relaciones. Es importante mirarse hacia adentro para ver que somos seres espirituales, que estamos en una experiencia humana y que Dios nos ayuda, siempre que nos pongamos en la condición correcta.

 

Vía: Aleteia

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