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Preparémonos para que el regreso a clases no sea tan “traumático”

Las vacaciones están próximas a acabarse y para nuestros hijos parece que el tiempo no ha sido suficiente. Más allá de si se fueron de viaje, si estuvieron en algún curso vacacional, o si simplemente descansaron en casa, siempre parece que estas pasan muy rápido.

Los chiquititos del hogar

Para los niños más chiquitos, que aún van a preescolar, es un proceso de lo más natural. Lo más probable es que estén extrañando su colegio desde hace días y que añoren volver a jugar con sus compañeros. Si no es así, basta con armar un “playdate” e invitar a sus amigos del salón para que se acuerden de todo lo que disfrutaban jugar juntos. En las cosas prácticas, ayudará mucho irlos levantando cada día más temprano hasta llegar al horario regular de clases, para que no sufran de golpe por madrugar.

Los más grandecitos

La vuelta a clases de los niños más grandes, puede ser una situación un poco más compleja. El colegio no es sólo un lugar para socializar y jugar, sino que implica un reto: aprender y esforzarse. Con ellos ayuda mucho, involucrarlos como parte del proceso. Llevarlos a comprar sus útiles, que se prueben sus uniformes, forrar juntos los libros, los..va..acostumbrando a la idea de que el tiempo de vacaciones terminó.

Muchos papás también aprovechan esta época para dar clases de refuerzo a sus hijos, así refrescan lo que pueden haber olvidado. Definitivamente, esto los va a ayudar a llegar más “enchufados” al colegio, siempre y cuando no los agobiemos, al fin y al cabo siguen estando de vacaciones. Con muchos chicos bastará pedirles a ellos mismos que revisen los libros nuevos y que traten de ver de qué se trata al hacerlo a modo de aventura, de descubrimiento, les permitirá refrescar los conocimientos adquiridos y sobretodo, motivar su deseo de aprender.

Retomemos la rutina

Por otro lado, debemos trabajar con ellos en sus hábitos. Es posible que algunos chicos, sobre todo los adolescentes, hayan aprovechado las vacaciones para dormir hasta tarde y juntar el desayuno con el almuerzo casi todos los días. Aunque podían pasar conectados hasta altas horas de la noche y ser capaces de vivir así cambiando este patrón de conducta el primer día de clases, definitivamente no es lo más saludable. Al menos una semana antes, hay que regular la hora de acostarse al menos, para que naturalmente, se vayan levantando más temprano y puedan llegar descansados al nuevo año lectivo. Organizar actividades (lúdicas, recreativas, sociales) para aprovechar la mañana, puede ser una motivación interesante..para..irse adaptando nuevamente al horario escolar.

En todo caso, lo más importante, es que los padres afrontemos este regreso a clases como una situación positiva, que nuestros hijos no escuchen quejas de nosotros como: “otra vez a madrugar”, “volvieron las peleas por los deberes” o “cuidado con sacar malas notas este año”, pues, la verdad es que más allá de la madrugada y los deberes, los chicos disfrutan mucho su tiempo en el colegio. Sin lugar a dudas, ya estarán ansiosos por regresar. ¡Feliz regreso a clases!

Por: Inés Cobo de Gilbert

Psicóloga

Directora Ejecutiva Sir Thomas Moore

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