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Si somos aliadas de la lactancia materna, nuestros cuidados en la alimentación no terminan con el embarazo.

Mi madre me dijo hace mucho tiempo que la labor de una mamá nunca termina, que siempre hay que trabajar por el bienestar de nuestros hijos. Esta labor empieza desde que están en nuestro vientre y comemos lo mejor que podemos, pero no termina cuando nacen. De la misma forma que la placenta le daba de comer a nuestro bebé, ahora la leche materna se encarga de eso; y esta provee los nutrientes que ponemos en nuestro cuerpo; es decir, si eres parte de la liga de la leche, tu bebé sigue comiendo lo que tú comes.

Es por esta razón que el alimentarse bien no termina con el embarazo –o la lactancia, a decir verdad–, y es esencial que sepamos qué comer para que tengamos no solo leche en cantidad suficiente, sino también en calidad. Mientras existen muchos alimentos que benefician a nuestro bebé, hay otros que no solo ayudan a que tengas suficiente leche, sino a que tengas suficiente leche con la grasa que tu bebé precisa para crecer. En pocas palabras, cuando tu bebé está lactando la primera leche que «baja» –por así decirlo– contiene bastantes nutrientes, pero es más como el postre o la bebida, pues la que baja después de algunos minutos es el plato fuerte y la que contiene la grasa que ayuda al niño a sentirse satisfecho y a ganar peso.

Las siguientes sugerencias te ayudarán a que tengas buena cantidad y aun mejor calidad de leche para tu nene:

Aceite de coco

Este es tal vez el más importante, puesto que contiene un sinfín de nutrientes y buena grasa que ayuda a que tu leche también tenga excelente grasa para tu bebé. Consíguelo virgen y en forma sólida; es decir, si lo encuentras ya líquido no es un buen aceite de coco, precisa de estar en forma sólida y con la temperatura de tu mano se vuelve líquido. Lo puedes untar en pan, poner en licuados, malteadas o en cualquier receta que te pida aceite vegetal.

Levadura de cerveza

Este suplemento nutricional, que viene en polvo, sabe delicioso con un jugo de naranja en la mañana; ayuda más que nada a mantener un nivel de leche adecuado.

Nueces

Cómelas con moderación, un día sí y un día no, y no más de una taza. Las nueces proveen bastantes nutrientes que ayudan a que tu leche tenga mejor calidad por la misma grasa saturada que contienen.

Aguacates

Aparte de la leche materna los aguacates son los que contienen el mejor tipo de grasa. En sí, el aguacate se parece a la leche materna cuando se analiza la genética de cada uno. Así que no es de sorprenderse que te ayude a mantener una nutrición óptima.

Avena

Una sola taza de leche en la mañana –a la que le puedes agregar el aceite de coco– es suficiente para ayudarte a mantener una cantidad buena de leche, o bien si sientes que no estás produciendo la suficiente, puedes comer más y ayudar a tu cuerpo a producir más.

Recuerda que estas son solo sugerencias, y si al tratar de hacer esto siguen surgiendo problemas con tu producción o el peso de tu bebé, no dudes en visitar a tu médico, e incluso a una especialista en lactancia. La leche materna es increíble, y es en verdad la mejor nutrición que le puedes dar a tu bebé. Te recomiendo que hagas lo posible para que esta siga siendo la razón por la cual tu niño se mantiene sano y, claro, feliz.

 

Vía Familias.com

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