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El video que presentamos en esta ocasión, es una entrevista concedida por Ricardo Darín, actor argentino, que fue protagonista de la película ganadora del Óscar a mejor película extranjera, “El Secreto de tus Ojos”, en el año 2010. La entrevista, otorgada en el programa argentino “Animales Sueltos”, causó revuelo por las declaraciones de Darín, que desvelaban de manera sorprendente (para algunos) que la fama alcanzada, el dinero, y el confort no terminan siendo todo en la vida. Más aún, que el “maravilloso mundo de Hollywood” no es tan especial y fulgurante como se piensa.

No me quita el sueño Hollywood…  ¿Por qué tengo que ir al Óscar? ¿Qué creen que es el Óscar? ¿Qué creen que ocurre ahí? Yo ya fui una vez, ya lo vi, ya está, ya vi, no me puso muy contento y estoy acá. La fantasía que se tiene desde afuera de lo que es un ambiente, de una cosa… tiene que ver más que nada con la parafernalia que rodea una cosa que con la cosa en sí misma”. Declaraba el actor, también protagonista de la película “Nueve Reinas”, haciendo alusión a que es más el revuelo que arma la fama y el mundo del espectáculo que lo que realmente uno puede encontrar allí (Aquí la entrevista completa)

La fama, la ambición de poder, el afán de tener más y más sin importar a qué precio, el sentirse “bien” o “cómodo” pensando solo en uno mismo, son consignas fuertes en el mundo de hoy. Nuestro querido Papa Francisco lo señalaba hace meses atrás: “La cultura del bienestar nos hace poco valerosos, nos hace flojos, y nos hace también egoístas” (Homilía 28 de mayo de 2013)

La ambición te puede llevar a un lugar muy oscuro, muy desolador

En la entrevista, encontramos también un interesante diálogo al respecto, luego de una afirmación-pregunta que realiza el entrevistador: -”¿No sabés la `guita´(dinero) que pobrías haber ganado?”-. Darín: -”¿Y? ¿Para qué sirve? ¿Para qué?”-. A lo que argumenta de nuevo:- “Para vivir mejor”-, y Darín remata: -”¿Mejor de lo que yo vivo?…  La ambición te puede llevar a un lugar muy oscuro, muy desolador“. Éste es un diálogo que constantemente la cultura del bienestar va generando en nuestras vidas, y nos va llenando de criterios errados. Siguiendo lo que dice Darín, tener dinero no está mal. Lo que está mal es ese afán desmedido y egoísta del tener por el tener, cuando nos hacemos depredadores del hermano, con tal de ganar más y más.

Es importante remitirnos a lo más profundo del corazón del hombre. El ser humano tiene como uno de sus más grandes anhelos, el propósito de dejar huella en esta vida. Ser alguien que marque positivamente las vidas de otros, lograr cosas grandes, alcanzar metas exigentes, altas. Además, también buscamos día a día la felicidad. Una felicidad que no termine, una felicidad que permanezca, que dure todo lo que se pueda. Una felicidad además que se puede compartir desde ya en esta vida con quienes amamos. El mismo Darín afirma: “Soy todo lo feliz que puede ser un tipo que vive en una sociedad y en un mundo como el de hoy… Vivo una situación privelegiada, tengo una familia increíble, me va bárbaro, la gente me quiere…¿Para qué más?”.

¿Para qué más? Y, bueno. Aún así, siempre hay algo más. Siempre está Dios de por medio para completar y llenar nuestra vida. Y por supuesto, para darle un sentido que marque cada uno de los actos de nuestra existencia.

Preguntas para el diálogo:

  • ¿Soy consciente de los criterios que la cultura contemporánea puede haber sembrado en mi corazón? De manera especial, hay que estar atento a aquellos que van en la línea del poder, tener, y poseer-placer.
  • ¿Tengo anhelos que van en la línea de tener fama sin importar como, ambicionar poder y dinero a cualquier costo, y un confort egocentrista donde sólo importa que yo me sienta bien? ¿O tal vez pienso que no es algo esencial, pero si importante (más importante que otras cosas realmente de fondo)?
  • ¿Qué otros elementos importantes podemos aportar, desde la visión cristiana,  a lo que menciona Darín sobre lo que es la auténtica felicidad?
  • ¿Cómo vivir una felicidad auténtica y testimonial en el mundo de hoy, siendo cristianos?

Por Rafael Pérez del Solar

Vía: Catholic Link 

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