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Se inspiran en la materia prima y sus alrededores promoviendo la idea de “comprar menos y mejor” para crear un comercio justo con desarrollo sostenible.

 

¿Podemos pensar la moda desde un enfoque responsable? ¿Es posible comprar la ropa justa y necesaria? ¿Elegimos fábricas que no esclavicen a nadie? En fin, ¿aprenderemos algún día a elegir prendas duraderas y no fijarnos solo en la marca?

Aunque parezcan preguntas un poco cliché, los gurús de la moda aseguran que se trata de cuestionamientos que están soplando en el mundo para despertar muchas conciencias. Se trata de un cambio de paradigma en la industria de la moda, que hoy quiere ser un aliado más del consumo responsable a favor del medio ambiente. Esta tendencia “eco glamour” ha tomado el nombre de Slow Fashion.

El movimiento, que tuvo foco en los noventa para contrarrestar el consumo alocado, ya tiene su lugar en Ecuador. Llegó para fomentar entre los consumidores la idea de “comprar menos y mejor”, así como promover el valor de los productos en sí mismos y no únicamente por la imagen de su marca.

Diseñadores ecuatorianos alientan un desarrollo sostenible a través de la confección artesanal.

El Slow Fashion hoy es parte del mercado ecuatoriano de la mano de diseñadores que alientan un desarrollo sostenible a través de la confección artesanal. Se inspiran en la materia prima y sus alrededores. Ofrecen prendas de calidad, sin fecha de vencimiento y combinables. Sueñan con una moda responsable que valore un buen par de zapatos o un bolso que avale su marca; un suéter de legítimo cachemir y otras prendas con toque humano confeccionados de manera artesanal.

 

Exponentes ecuatorianos

La marca Milly Finch es una de las promotoras en Ecuador. Su directora, Mónica Witmer, no es modista, ni mucho menos diseñadora, es marketera. Los conocimientos adquiridos en Suiza le permitieron traer esta corriente a su país para educar al consumidor local. “La idea es que las personas puedan entender que se puede tener un closet con menos cosas, pero de mayor calidad porque a pesar de ser productos artesanales son prendas duraderas”, indica.

SLOW FASHION - Artesanos ecuatorianos
Sus colecciones son fabricadas por artesanos ecuatorianos y exportadas al resto del mundo.

Mónica asegura que la connotación negativa que asocia lo artesanal con lo simple “ya quedó en el pasado”. Entre las políticas de Milly Finch resalta la capacitación a los artesanos para fabricar ropa, accesorios, sombreros y bolsos de buena calidad, con un estilo moderno y diferente. “¿Cuántas veces no hemos ido a las artesanías y encontramos los mismos souvenirs en todos los locales? Queremos que nuestros artesanos estudien las nuevas tendencias del mercado para que salgan adelante con propuestas diferentes”, explica esta mujer de 30 años.

Ellos utilizan paja toquilla, algodón y cachemir. Realizan ventas en el mercado ecuatoriano, de Estados Unidos e India. Este año tienen previsto firmar un convenio con una fundación internacional para beneficiar a escuelas de países de tercer mundo por cada compra en sus tiendas.

Otro exponente ecuatoriano es Sensi Studio, marca que se dedica a la fabricación de sombreros paja toquilla y bolsos playeros. Stephany Hollihan dirige esta firma desde hace 4 años. Luego de trabajar con el famoso diseñador alemán Tomas Maier, regresó a Ecuador con una visión amplia del mundo de la moda y al conocer el trabajo que realizan los artesanos ecuatorianos inició su colección de accesorios artesanales con toques modernos. “Estamos posicionados como una marca de productos artesanales modernos, con una fuerte identidad, siguiendo siempre las tendencias de la moda”.

Sensi Studio exporta bolsos playeros a tiendas de lujo.
Sensi Studio exporta bolsos playeros a tiendas de lujo.

Sensi Studio está distribuido alrededor del mundo en tiendas de lujo de Estados Unidos, Italia, Francia, Japón y Dubai. Trabajan muy de cerca con sus artesanos para entregar un acabado de calidad. “Todo lo que es hecho a mano tiene mucho valor porque toma mucho tiempo y tiene un toque que a veces las máquinas no te lo pueden dar”. Sus colecciones son 100% ecuatorianas y trabajadas con cuero, paja toquilla, rafia plástica, cintas de borlón y pompones.

Es así como este diseño ético está tomando fuerza e invita a los consumidores y productores a pensar la moda desde un lugar más comprometido. Pero, antes que nada es testigo que la moda, las artesanías y el comercio justo pueden dar como resultado piezas modernas, de excelente calidad y llenas de tradición.

 

Por: Ma. José Tinoco
Editora
mtinoco@revistavive.com

 

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