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Todas las familias tienen uno o dos tipos de niños que resaltan a la vista de los demás ¿cuáles forman parte de la tuya?

La familia es una institución natural creada por Dios, conformada por el padre, la madre y los hijos. Sin considerar las excepciones, en esa estructura nuclear, normalmente existen los hijos mayores y los menores y también están las familias de un solo hijo. De esta convivencia se derivan algunos comportamientos con los que usualmente se suele identificar a estos hijos en la intimidad familiar. A continuación detallo los prototipos más reconocidos de acuerdo a su orden de nacimiento y la actitud de los padres con respecto a ellos, puede que dentro de estas tipologías reconozcas a algunos miembros de tú familia.

El primogénito

Es el “conejillo de indias” y por lo tanto el más celebrado pero también al que más se le exige debido a que todas las expectativas de los padres estan puestas en él. Por cada momento de su infancia seguro tiene todo un record fotográfico y de video, cuando el resto de sus hermanos apenas tiene una foto por cada celebración importante. Usualmente, al ser el que más cerca está de sus progenitores, adquiere un aire como de “jefe de la familia”, regañando y controlando, sin que se lo pidan, la vida de sus hermanos menores o incluso la de sus propios padres si ellos no toman acción en el asunto.

El sanduchito

Es el hijo intermedio, que por ser recibido por padres, menos ansiosos y más expertos, es poco novedoso al dar sus primeros pasos, comer solo o hablar pronto. Cuando llega un tercer hermano, tiene dos opciones: se hace invisible entre las hazañas del mayor y las ocurrencias del más pequeño o intenta buscar su propio espacio. Esto lo motiva a que siempre esté queriendo llamar la atención de sus padres, lo que puede ser asociado más a actos de malacrianza o rebeldía, que de falta de atención.

El “bebé de la casa”

Cuando este hijo nace ¡nadie se resiste a sus encantos! Aunque muchas veces.los.padres quieran ahorcarlo por sus diabluras, finalmente terminan celebrando todas sus gracias. Hábil manipulador, los controla a su antojo, pues sabe como llegarles a su “corazoncito” para conseguir ese permiso que desea. El hijo más pequeño está acostumbrado a que le hagan todo, pues falta que él necesite algo, para que ponga a correr a toda la familia a solucionar sus problemas. Esta falta de límites y de responsabilidad en ocasiones puede convertirlos en “niños tiranos” porque nadie quiere llevarle la contraria.

El hijo único

Es un adulto en versión niño, como vive entre personas maduras se siente al mismo nivel que sus padres y se esfuerza por tener sus mismos estándares, olvidando vivir muchas veces lo que les corresponde según su edad. Tiende a ser “la razón de la vida” de sus padres por lo que están siempre muy pendientes de él. Si sus progenitores no aprenden a educarlo correctamente puede llegar a creerse que no hay nadie como “él” y acostumbrarse a ser el centro del universo, un poco egoísta, malcriado y caprichoso.

El “hijín”

No es exactamente el hijo “modelo” pero es el “nene de mamá” o la “niña de los ojos de papá”. Si bien todos piensan que el hijo primogénito es usualmente el favorito, no siempre es así. Este es el que siempre se lleva la mejor parte “porque se lo merece”. Cuando le preguntan sobre castigos, responde ¿qué es eso?, no los conoce, porque siempre han sido muy permisivos y blandos con él. Le dan todo sin que lo pida y claro, como buen hijo se deja consentir. Los padres siempre negarán que existe un hijo preferido, pero todo el resto de hermanos saben quién es.

Sin embargo, aunque todo lo antes descrito parezca algo exagerado o incluso gracioso, lo cierto es que en la vida de los hijos, los padres deben encontrar la manera de dar a cada uno su tiempo y espacio. Sin que estos sientan que son diferentes el uno del otro. Parte de la ardua pero maravillosa tarea de los padres es ayudar a resolver los pequeños o grandes roces que se van dando entre los hijos, solucionando de forma positiva las diferentes situaciones cotidianas que se presentan, en pro de crear un ambiente armónico que refuerce los lazos familiares.

Por: Arq. Paula Ávalos de Romero

avacomn@gmail.com

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