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Muchas veces elegir qué carrera seguir al graduarse del colegio no es tan fácil.

Uno de los grandes problemas que atraviesan los jóvenes en su vida académica es cuando salen del colegio y no saben qué profesión elegir. Hay ocasiones, en que estos se sienten presionados por cumplir un legado familiar, por continuar con el grupo de compañeros de “toda la vida” o por su pareja. Por lo que pueden optar por estudiar una profesión que más tarde no cubrirá sus expectativas personales.

Elegir una carrera

En definitiva, la carrera que escojas no debe causar padecimiento, porque eso te llevará a la deserción a mediano o largo plazo. Muchos profesionales no ejercen su profesión por diferentes razones, pero una de ellas es porque no la sienten, no la viven o no les gusta. Indistintamente la profesión que elijas debes disfrutarla. Para que esto suceda es necesario que durante la secundaria el estudiante sea acompañado y asesorado en las diferentes instituciones educativas, proporcionándole toda la información necesaria, una evaluación psicológica (test de preferencias profesionales), con el fin de que disponga de recursos para tomar la mejor decisión profesional.

Escuchar el llamado profesional

La palabra vocación proviene del latín vocativo que significa “llamado” o “inspiración”, es decir, el gusto, interés y placer que te produce la actividad que realizas. La vocación no es algo innato o predeterminado por las personas, se desarrolla desde la infancia hasta la adultez. Esta, se construye a partir de un reconocimiento personal y vivencias significativas. Por esta construcción y eventos significativos existen algunos casos donde el abuelo, el padre y los hermanos tienen una determinada profesión y el estudiante desea también seguir con ese legado.

El componente profesional establece un análisis exhaustivo y una reflexión profunda que le permite al estudiante ubicarse y proyectarse en el plano laboral. Es importante que su elección responda a sus expectativas laborales: status, remuneración, funciones, etc. Esta no es una decisión de un mes antes de que termine el colegio, debe ser analizada, planificada, organizada y determinada con un mínimo de seis meses de anticipación al término de sus estudios secundarios. Recordemos que la elección de una carrera es el inicio de la construcción de su proyecto de vida.

Prevenir antes que lamentar

Si por alguna razón ese acompañamiento no se efectuó en la etapa del colegio y existe un descontento al iniciar los estudios universitarios, ya sea por con los contenidos o temas que están estudiando en su carrera, es necesario acudir al Departamento de Orientación y solicitar una evaluación. Esto con el fin de evitar: fracaso..profesional, sentimientos de frustración, ansiedad, desmotivación por los estudios o depresión. Ya que esto no solo puede afectar al estudiante sino también repercute en la familia o en las instituciones universitarias, por lo que es mejor ser honestos, reconocer la equivocación al escoger la profesión y hacer los cambios pertinentes, sin esperar a que luego de graduarse se dé cuenta de esta situación.

La profesión por la que te decidas debe ser algo que te motive día a día, te nutra, te satisfaga, te llene, te alegre, te haga sentir realizado y sobre todo que te inspire a seguir estudiando, disfrutándola al máximo. Solo así encontraremos excelentes profesionales en nuestra sociedad. Preocupémonos porque nuestros hijos sean felices y enamorados de la labor que están ejerciendo, no solo en función de una remuneración sino por el amor que sienten por la profesión.

 

Por: Ps. Lorena Cuadrado G.

Master en Terapia familiar

Docente de la UEES

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