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¿Quién es?

Muchos lo conocemos por su programa en EWTN o porque hemos leído uno de sus 23 libros, quizás el más popular: “El Evangelio secreto de la Virgen María”, que ya ha alcanzado veintiséis ediciones.

Con una licenciatura en Biología, otra en Teología Moral y otra más en Periodismo, el padre Santiago Martín es fundador y presidente de la Asociación Pública de Fieles “Franciscanos de María”, que vive y difunde la espiritualidad del agradecimiento a imitación de la Virgen María y se dedica a la evangelización del mundo del voluntariado social, del ámbito de la catequesis y de los medios de comunicación. Los Franciscanos de María están presentes en 26 países.

En 2004 fue nombrado por Juan Pablo II, por un periodo de cinco años, consultor del Pontificio Consejo para la Familia, con el fin de asesorar a la Santa Sede en la defensa de la familia y de la vida. 

Actualmente es párroco en Madrid de la Parroquia María Virgen Madre.

 

Padre, la fragilidad de las relaciones conyugales hoy ¿por qué se dan?  Algunos creen que una sexualidad insatisfecha es causa de su infelicidad.  

El hombre postmoderno cada vez tiene menos capacidad de aguante y por eso, cuando hay problemas, prefiere empezar una nueva relación que asumir las dificultades y luchar por salvar la relación que tiene. El matrimonio no fracasa en la cama, por una sexualidad insatisfecha, sino en la convivencia. Es el egoísmo, que algunos llaman inmadurez, lo que causa las rupturas.

¿Asusta a los jóvenes pensar en la indisolubilidad del matrimonio?  

No creo que el problema sea la indisolubilidad del matrimonio, porque si fuera así se casarían por lo civil. El problema es que no se casan, simplemente porque no quieren compromisos que duren toda una vida.

¿Puede sobrevivir un matrimonio sin vida espiritual?  

Es imposible. Sin vida espiritual no hay fuerza para asumir las obligaciones y los retos que lleva consigo el matrimonio. Es en Cristo y solo en Cristo donde podemos encontrar la fuerza para llevar la cruz cada día.

Muchas veces, a los varones no les interesa llevar una vida espiritual, es cosa más de mujeres.

Eso que usted comenta se da sobre todo en América. En España es posible que también ocurra, pero mucho menos. Está ligado a un concepto machista de la vida, que ve en la religión algo femenino.

¿Cómo acogen ustedes en el movimiento Franciscanos de María a los divorciados que se han vuelto a casar?  

“El matrimonio no fracasa en la cama, sino en la  convivencia”.

Desde el principio creamos grupos específicos para divorciados, a fin de que se sintieran acogidos y profundizaran en su relación con Dios, disfrutando de las presencias reales del Señor no eucarísticas (la Palabra, la comunidad, el prójimo….). Ellos saben que no pueden confesar ni comulgar, pero se sienten plenamente integrados en la Iglesia y en nuestro movimiento. Les ayudamos a que entiendan el porqué de las cosas y les sostenemos en su lucha por salvar su nuevo matrimonio, a fin de que no suceda como con el primero.

 

Por Sonia Ma. Crespo de Illingworth
Directora

 

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