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¿Andas?, ¿ya se cuadraron? ¿Cuánto llevan? ¿Que tal? Son preguntas que nos hacen o hacemos, a una persona que tiene novio/a…

-Sí, pues casi 1 año, muy buena onda- , todo bien, son las posibles respuestas. Pero vayamos más allá de las preguntas cotidianas y veamos qué tan profunda y buena es nuestra relación.

Empecemos definiendo el noviazgo. El diccionario, nos dice que es el estado de novio o novia… y lamentablemente muchas parejas se quedan con esa pobre definición y por presión social, su única motivación es decir: “tengo novio/a”

El noviazgo, es una relación especial entre un hombre y una mujer con un compromiso creciente encaminado hacia un proyecto futuro, o sea con vistas al matrimonio…. -¿¿ ¿QUE??? ¿MATRIMONIO?, ah Dios, está bien que la quiero, pero nos falta mucho para casarnos. ¿Por qué te alarmas? No hay razón para sentirse así, el noviazgo es temporal. Quiere decir que está en camino de ser algún día definitivo, pero se puede acabar si las cosas no funcionan. El trato lleva a conocer al otro, a compartir la intimidad y a crecer juntos.

¿A qué te refieres con intimidad?  Bueno digamos que la intimidad es lo que toda persona guarda de los extraños, su espacio, aquello que le es propio. ¿A quiénes dejamos entrar a nuestra intimidad? A quienes queremos y aquellos en quienes confiamos, porque sabemos que cuidarán nuestras inquietudes, nos ayudarán y aconsejarán. Un noviazgo no puede progresar si no se abre la intimidad, incluso con el riesgo de que al descubrir cómo somos, el otro nos rechace. Si hay verdadero amor, nos querrá con cualidades y defectos. El proceso de abrir la intimidad toma su tiempo, y debemos respetar el tiempo que nuestra pareja necesita.

Yo te respeto, tú me respetas, respeto tus decisiones, y tú las mías. En un noviazgo de verdad, uno no busca controlar al otro, o cambiarlo en su manera de ser, más bien busca aceptarlo como es; el respeto nos ayuda muchísimo a conocer a la persona, y ver sus intereses, y a captar incluso si son parecidos a los míos o no.

En estos términos, el noviazgo empieza a tomar otro sentido, uno más serio, puesto que la relación ya es intima, y se comparten los propios pensamientos e inquietudes, se aconseja o se corrige, se entrega, y se ama. Fíjate que no digo que la intimidad sea algo físico, como es provisional no se adelanta la entrega del cuerpo porque no hay compromiso definitivo. Una entrega así no posee la capacidad de ser completa. Si hay amor, el verdadero amor espera.

crecer en el amor pareja

Wow! Espera… ¿Amor? – Sí, palabras importantes. Pedro Juan Villadrich, experto en estos temas dice: “Amar es decir: Es bueno que existas, es bueno que estés en el mundo siendo precisamente lo que eres, pues en lo que eres, eres estimable, amable, y te apruebo”. El amor es un movimiento propio que siempre buscará hacer el bien a favor de esa persona que nos ama de regreso, esto quiere decir que el amor es recíproco.

Recíproco. Bueno el diccionario nos define esto de una manera más acertada… “Acción o sentimiento que se recibe en la misma medida en que se da”, doy cariño y recibiré cariño… Ojo, no se trata de dar para recibir, porque entonces no habría amor. El amor es entrega, repito. Por lo tanto, doy porque quiero dar y porque soy feliz haciéndote feliz.

Sí, hasta ahora todo suena lindo y color rosa, habrán días en los que todo es alegría, el trato es atento y siempre hay cosas nuevas. Habrán otros en los que todo es un dolor de estómago y nerviosismo, en los que el trato se hace indiferente y muy ordinario. Es normal y aquí no hay que contrarrestar nada, es un proceso en el que se ambos se están conociendo. Pero para que todo lo que hemos armado no termine mal, debemos fomentar siempre la comunicación, la confianza y tener mucha paciencia.

¿Y porque hacer todo esto? Porque si tal es nuestra vocación al matrimonio, admitámoslo, nos hace muy felices.

 

Por Juan José Pachur

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