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Los límites son para los hijos y no para los padres, cuanto antes se pongan reglas mejor.

Poner límites requiere de creatividad, no hay recetas de cocina, cada familia tiene su propia cultura familiar y necesidades. Lo que le funciona a uno no le funciona a otro. Pero podemos partir de algunas generalidades:
 
1. Recuerda que los límites y las reglas son para los hijos, no para los padres. Ellos en ocasiones piden que los padres sigan las mismas reglas.
 
Si bien es cierto que la mejor manera de seguirlas es viendo un buen ejemplo, ocúpate de eso, pero no permitas que los hijos te pongan reglas similares a las de ellos. Quienes están siendo educados son los hijos, no los padres. Esto les ayudará a entender que la autoridad son los padres y no los hijos.
 
2. Las consecuencias establecidas para cada regla, además de ser lógicas y tener relación con la falta, deben poderse cumplir en el momento; no establezcas consecuencias que duren meses o sean permanentes, porque el chico, al paso del tiempo, no sabrá por qué está castigado, sólo se sentirá resentido.
 
3. ¿En qué momento empezar a poner reglas? Cuando más temprano inicies mejor, no creas que porque los niños son pequeños no te entienden. Podemos empezar desde muy temprano con los horarios de sueño, de alimentación y baño, y esto te permitirá no sentirte tan agobiado con las exigencias que implica cuidar un bebé.
 
El iniciar a temprana edad, les permite a los niños ganar confianza, tener menos problema para incorporarse a la escuela y adaptarse rápidamente a las reglas de la misma.
 
4. Es importante que una vez establecida la regla no se las repitas cada rato, permite que ellos la incorporen y se hagan cargo de su conducta.
 
5. ¿Hasta qué edad debe seguir habiendo reglas? Mientras tus hijos vivan bajo el mismo techo y dependan de alguna manera de ti, deben existir reglas que faciliten una convivencia sana y respetuosa. Cuando sean independientes y autosuficientes, establecerán las reglas de sus propias casas.
 
6. Es importante que antes de poner límites establezcas bien las reglas para que los niños sepan qué regla infringieron.
 
7. Con los adolescentes es importante que ellos participen en definir tanto las reglas como los límites.
 
8. En donde más debes esforzarte es en ser constante y consistente con las reglas. Si tú mismo las infringes, perderás credibilidad frente a tus hijos.
 
9. Cuando tus hijos tengan visitas en casa deben explicarle a sus amiguitos cuáles son las reglas para que no haya malos entendidos.Si tú no les permites a tus hijos brincar en los sillones, son ellos quienes deberán decirle a sus amigos que eso está prohibido en su casa.
 
Por ejemplo: Si tú no le permites a tu hijo adolescente beber alcohol en tu casa, deberá cerciorarse de que sus amigos sepan que la fiesta en su casa es sin alcohol. Esto les permitirá a ellos invitar a sus amigos con tranquilidad y evitar malas experiencias.
 
10. Cuando vayas de visita recuérdales a tus hijos las reglas fuera de casa, pero si los abuelos son permisivos y toleran cosas que quizás tu no tolerarías, considera que ellos no son los responsables de la educación; permite el abrazo de los abuelos, pero retoma la regla en casa. 
 
Por ejemplo, si tú no les permites comer frente a la tele pero los abuelos les ofrecen palomitas, sólo recuérdales que será por esa vez porque los abuelos lo permiten.
 
Todas estas recomendaciones facilitarán el ejercicio de la autoridad, vista ésta como un SERVICIO que los padres dan a los hijos.

 Vía: Aleteia
Por Claudia Amador
Artículo publicado por Desde la fe

sources: Desde la fe
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